Dios no te ha abandonado. Su
presencia en tu interior y a tu alrededor es continua y activa; es decir que no
se trata de una presencia impersonal, intermitente y pasiva limitada a emociones.
Entiende hoy. La obra que Dios hace
en ti no cesa ni un segundo aunque sientas que te has quedado a la total
deriva, pues además de estar pendiente de todos tus acontecimientos y de
respaldar tus acciones, se mantiene operando transformaciones profundas en tu
interior.
Estás bajo un proceso en el que el Espíritu
Santo está operando una transformación profunda y radical en las diversas áreas
de tu vida. Se trata de una obra que aun está inconclusa pero que sí está
debidamente garantizada, así como lo expresa el apóstol Pablo: “Estando persuadido de esto, que quien comenzó en vosotros
la buena obra, la terminará en el día de Jesucristo” (Filipenses 1:6) El
Espíritu Santo está operando ahora mismo transformaciones profundas y radicales
en tu alma aunque sientas que nada sucede. Veamos algunos:
Ø Está
poniendo en tu mente convicciones profundas en la revelación bíblica aunque no
coincidan con tu lógica.
Ø Está
dándote la capacidad de discernir los acontecimientos presentes y futuros bajo sus
propósitos.
Ø Está
dándote la sabiduría necesaria para proceder de acuerdo las pautas de su
Palabra.
Ø Está
transformando tus sentimientos egoístas e indiferentes hacia las necesidades de
tu prójimo.
Ø Está
impulsando tus deseos a la obediencia incondicional de sus pautas y a
compartirlas con los demás.
Ø Está
quitándote el miedo y la incertidumbre ante los eventos futuros que se
aproximan.
Deja
que sea Dios quien continúe su obra transformadora, aunque para ello tenga que
valerse de diversas circunstancias totalmente tristes e incomprensibles. El sabe lo que hace con tu vida.
AUNQUE SIENTAS QUE NADA SUCEDE...
DESCANSA EN LA PRESENCIA QUE
TRANSFORMA.
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