Dios está sobre todo
concepto lógico, está más allá de todo lo que alcanzas a discernir bajo tus
conceptos mentales. En el libro de los Salmos encontramos una de tantas
referencias al respecto: “Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; y su
entendimiento es infinito” (Salmo 147:5);
el apóstol Pablo también lo expresa en la carta a los romanos. “¡Oh profundidad de
las riquezas de la sabiduría y de la ciencia de Dios! ¡Cuán insondables son sus
juicios, e inescrutables sus caminos!” (Romanos
11:33). Jamás podrás comprender su realidad o los métodos que
usa para alcanzar sus propósitos. Él sabe lo que hace y como procede; así que
no te esfuerces por “encerrarlo bajo tu lógica”. Dice el Señor: “Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni
vuestros caminos mis caminos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la
tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos
más que vuestros pensamientos” (Isaías
55:8-9). El hecho que no
puedas comprender la esencia y el método de Dios, no indica que tu vida esté
fuera de control. Dios sabe lo QUE hace y COMO procede, aunque no
comprendas sus procesos. A ti lo que te corresponde es CREERLE, por eso se reveló
en la persona de Jesucristo, para que por medio de su mensaje revelado vivas de
acuerdo a sus lineamientos y propósitos. Dice
el evangelio de Juan: “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en
el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:18). En Jesucristo vemos el reflejo de Dios y
escuchamos su voz a través del único medio de revelación autorizado: La Biblia, la revelación veraz de un Dios que no
miente.
Es
necesario que nuestra mente sea sometida bajo la revelación de Dios; sin embargo,
eso no indica que obtengamos una iluminación absoluta de su esencia o de sus propósitos,
pero sí nos muestra aquellas verdades que hemos conocer y practicar. Hay
verdades que siempre estarán veladas a nuestro conocimiento porque pertenecen
al “terreno” de Dios y no al nuestro. “Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios; mas
las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que
cumplamos todas las palabras de esta ley” (Deuteronomio
29:29).
¿COMO
SOMETER LA MENTE A LA REVELACIÓN DE DIOS?
La única manera es exponiéndose
a la lectura, estudio y reflexión bíblica. A medida que lo hacemos, su acción viva
y eficaz comienza a penetrar en las profundidades de nuestro entendimiento,
emociones y deseos. “Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante
que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las
coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del
corazón” (Hebreos 4:12). También en Salmo 119 nos dice: “La exposición de
tus palabras alumbra; hacen entender a los simples” (Salmo 119:130). Si te das cuenta se trata de una acción
sobrenatural sobre nuestra mente, produciendo convicciones firmes aun sobre
aquellas verdades que nuestra lógica es incapaz de digerir. Al respecto el apóstol
Pablo dice: “Pero
el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque
para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente” (1 Corintios 2:14)
Por eso, es necesario que antes de abrir las páginas de la Sagrada Escritura
oremos para que la lectura, estudio y reflexión de la misma, sea vivificada por
la acción sobrenatural del Espíritu Santo. Es así como obtendremos convicciones
sobrenaturales de su contenido aunque choque contra toda lógica. Convicciones firmes sobre la realidad
eterna, viva, poderosa y soberana de Dios obrando constantemente en nuestra
vida; convicciones firmes sobre
nuestra identidad de hijos de Dios hechos a su imagen y semejanza; convicciones firmes de la razón de
nuestra existencia en el mundo; convicciones
firmes de nuestro destino eterno.
Una mente sometida a la revelación
de Dios vive en descanso total, convencida de sus promesas fieles y verdaderas;
una mente sometida a la revelación de Dios camina bajo su luz, siempre.
“Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”
Salmo 119:105
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@JAlfredoLievano
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