Un
cristiano consciente de su misión sobre la tierra, jamás pasará inadvertido.
Todo cuanto diga o haga irá enfocado a dicho objetivo. No habrá prioridad más
importante que esa. ¡Todos lo notarán!, al grado tal de
producir reacciones radicales diversas, unos a favor y otros en contra;
para ello es necesario que estemos conscientes de nuestra misión.
¿Qué hacer para no perder la conciencia de
nuestra misión sobre la tierra?
Ante
todo es importante que en un clima de
oración nos impregnemos diariamente de la Palabra de Dios mediante su lectura,
estudio y reflexión. Fíjate bien: Impregnarse
de la Palabra de Dios. Es algo que no se debe obviar ni posponer por nada
del mundo.
Cristiano
que no tiene la Biblia como su “libro de cabecera” difícilmente estará
compenetrado con el mensaje de Cristo y con la eficacia poderosa que éste
produce.
Tristemente muchos cristianos conocen la Palabra de
Dios pero NO se compenetran con su contenido.
Hay un excelente conocimiento teórico pero no hay convicciones firmes y mucho
menos existe el deseo de alimentar espiritualmente a los demás. Todo se queda
en un frío conocimiento bíblico, y mientras persista esa actitud, la LUZ de
Cristo permanecerá oculta. Habrá
“religión” pero no cristianismo en el genuino sentido de la palabra.
POR
ESO...
Es tiempo de volver a las raíces de nuestra fe.
Es tiempo de
impregnarnos del contenido de la Palabra de Dios.
Es tiempo de hacer una consagración radical a la
misión que Dios nos ha encomendado.
Es tiempo de dejar que Dios interrumpa la comodidad de nuestra rutina.
Es tiempo de emprender la marcha hacia adelante aun
en medio del árido desierto y las feroces tormentas.
ES TIEMPO DE NO AVERGONZARNOS DEL EVANGELIO.
“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para
salvación a todo aquel que cree...”
Romanos 1:16
TWITTER.
@JAlfredoLievano
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