sábado, 21 de febrero de 2015

FUNDAMENTOS DE OBEDIENCIA INCONDICIONAL.

Los dos fundamentos de la obediencia incondicional a Dios están arraigados en la FE y en el AMOR.

FE.
Al creerle a Dios tienes la firme convicción que todo cuanto hagas de acuerdo a sus lineamientos será de bendición, tanto para ti como para las personas que te rodean,  aunque todo lo tengas en tu contra. Por eso te es necesaria la reflexión continua de su Palabra para que sea asimilada en tu interior y procedas con espontaneidad ante sus mandatos.
Aplica para ti las instrucciones que Dios le dio a Josué.

“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley (La Biblia), sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”
Josué 1:8-9

AMOR.
Al asimilar la Palabra de Dios, te enamorarás de él; todo cuanto hagas será con el propósito de agradarle con tu vida entera, no por imposición sino por necesidad. Experimentarás un amor inclusivo, que abarque aun a tus acérrimos enemigos. Desde luego que se trata de algo incomprensible e inaceptable desde tu punto de vista; sin embargo, es el tipo de amor que debe caracterizar a todo seguidor de Cristo.

Pero a vosotros los que oís, os digo: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os aborrecen; bendecid a los que os maldicen, y orad por los que os calumnian. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra; y al que te quite la capa, ni aun la túnica le niegues. A cualquiera que te pida, dale; y al que tome lo que es tuyo, no pidas que te lo devuelva. Y como queréis que hagan los hombres con vosotros, así también haced vosotros con ellos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores aman a los que los aman. Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores hacen lo mismo. Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿qué mérito tenéis? Porque también los pecadores prestan a los pecadores, para recibir otro tanto. Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad, no esperando de ello nada; y será vuestro galardón grande, y seréis hijos del Altísimo; porque él es benigno para con los ingratos y malos. Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro Padre es misericordioso.
Lucas 6:27-36

Por lo tanto es necesario contrarrestar toda levadura de incredulidad, egoísmo y desobediencia; mientras exista una mínima partícula de esas tres  clases de levadura en tu vida cristiana, mantendrás un alto grado de esterilidad espiritual.

¡CREER!  ¡AMAR!  ¡OBEDECER!  
La triple consigna del cristiano.

No me canso de repetir, pues es mi deber hacerlo, que vienen tiempos extremadamente difíciles para el mundo y para el pueblo cristiano. Las profecías bíblicas, así como los hechos circundantes nos lo anuncian y confirman con claridad. Vienen tiempos en que nos será necesario retener la Palabra de Dios, no solo en el intelecto, sino en el corazón. Es tiempo que veamos nuestro cristianismo desde la perspectiva correcta y no limitado a nuestra lógica, circunstancias favorables o cómodas costumbres rituales.

“Retén el consejo, no lo dejes; guárdalo, porque eso es tu vida.”    (Proverbios 4:13)

“Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús.”    (2 Timoteo 1:13)

“He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.”    (Apocalipsis 3:11)

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