domingo, 8 de febrero de 2015

DIOS TE SANA, LEVANTA E INTEGRA EN SUS PROPÓSITOS.

La sanidad del alma te permite saborear la presencia real, activa y permanente de Dios en tu interior. Se trata de una acción en la que solo el Espíritu Santo puede lograr de manera total. Tus recuerdos, emociones y deseos son transformados radicalmente desde su raíz. No hay consejero ni tratamiento psicológico que pueda hacerlo. El punto de partida de esta sanidad comienza cuando crees en la obra que Jesucristo hizo en la cruz del calvario a tu favor.
“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”
1 Pedro 2:24-25

Entonces, ¿Por qué muchos cristianos no experimentan este proceso de sanidad?
El problema se da por bloquear este proceso mediante actos deliberados de desobediencia, saben que NO tienen que proceder de forma contraria a lo establecido por Dios y sabiéndolo lo hacen; es como si constantemente se rascaran una herida que está en proceso de cicatrización. Esa situación hace que se mantengan en una postración continua de “lepra espiritual”  de la que no pueden levantarse. Ya recibieron la medicina, pero por otra parte toman “el veneno” que les contamina. Por eso es necesario renunciar a todo aquello que contrarresta la sanidad espiritual.
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”
Tito 2:11-13

Al no renunciar a las actitudes pecaminosas se produce un estancamiento y su consecuente retroceso; no porque Dios no quiera o pueda detenerlo sino por las consecuencias que se producen constantemente. Toda acción pecaminosa deliberada trae consecuencias dolorosas. ¿Cuántos cristianos estarán ahora mismo revolcándose en el “vómito” o en el “lodo” de sus consecuencias? Esto es algo que el apóstol Pedro lo hizo ver con claridad.
“Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.
2 Pedro 2:20-22

Sin embargo, aun a pesar de haber llegado a ese “peor estado”, Dios tiende su mano de misericordia para reintegrar en su plan eterno a su hijo caído, quien al igual que el hijo pródigo siente la necesidad de exclamar: Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.” Lucas 15:18

Es a ti quien te corresponde levantarte, pues Dios ya hizo su parte al enviar a su hijo Jesucristo. Dios siempre ha tendido incondicionalmente sus manos  para ayudarte a levantarte.
Dios quiere reintegrarte a su plan eterno pero es necesario que reconozcas que adquiriste “la lepra” como resultado de tu rebeldía deliberada, es necesario que le confieses tu pecado, que tengas la disposición de levantarte y emprender la marcha sin mirar atrás.   Por eso...
Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe...”
Hebreos 12:1-2

Dios te sana, levanta e integra en sus propósitos. Su deseo es que vivas para lo que te trajo a la tierra, no para que te pierdas...
“Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos.”
Hebreos 2:1


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1 comentario:

Anny dijo...

Alfredo de nuevo FELICITACIONES sigues caminas continuas sin parar tu PROPOSITO... te Bendigo en y con el NOMBRE PODEROSO DE JESUCRISTO... y si DIOS ya hizo mucho, nos correspnde a nosotros volver a la barca.

bendiciones a tu familia igual. abrazo