La sanidad del alma
te permite saborear la presencia real, activa y permanente de Dios en tu interior.
Se trata de una acción en la que solo el Espíritu Santo puede lograr de manera
total. Tus recuerdos, emociones y deseos
son transformados radicalmente desde su raíz. No hay consejero ni
tratamiento psicológico que pueda hacerlo. El punto de partida de esta sanidad
comienza cuando crees en la obra que Jesucristo hizo en la cruz del calvario a
tu favor.
“Quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el
madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la
justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero
ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”
1 Pedro 2:24-25
Entonces, ¿Por qué muchos
cristianos no experimentan este proceso de sanidad?
El problema se da por
bloquear este proceso mediante actos deliberados de desobediencia, saben que NO
tienen que proceder de forma contraria a lo establecido por Dios y sabiéndolo lo
hacen; es como si constantemente se rascaran una herida que está en proceso de cicatrización.
Esa situación hace que se mantengan en una postración continua de “lepra
espiritual” de la que no pueden
levantarse. Ya recibieron la medicina, pero por otra parte toman “el veneno” que
les contamina. Por eso es necesario renunciar a todo aquello que contrarresta la
sanidad espiritual.
“Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a
todos los hombres, enseñándonos que, renunciando a la impiedad y a los deseos mundanos, vivamos en este
siglo sobria, justa y piadosamente, aguardando la esperanza bienaventurada y la
manifestación gloriosa de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.”
Tito 2:11-13
Al no renunciar a las
actitudes pecaminosas se produce un estancamiento y su consecuente retroceso;
no porque Dios no quiera o pueda detenerlo sino por las consecuencias que se
producen constantemente. Toda acción pecaminosa
deliberada trae consecuencias dolorosas. ¿Cuántos cristianos estarán ahora
mismo revolcándose en el “vómito” o en el “lodo” de sus consecuencias? Esto es
algo que el apóstol Pedro lo hizo ver con claridad.
“Ciertamente,
si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el
conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son
vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de
la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo
mandamiento que les fue dado. Pero les ha acontecido lo del verdadero
proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el
cieno.
2 Pedro 2:20-22
Sin embargo, aun a
pesar de haber llegado a ese “peor estado”, Dios tiende su mano de misericordia
para reintegrar en su plan eterno a su hijo caído, quien al igual que el hijo
pródigo siente la necesidad de exclamar: “Me levantaré e iré a mi padre, y
le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.” Lucas 15:18
Es a ti quien te
corresponde levantarte, pues Dios ya hizo su parte al enviar a su hijo
Jesucristo. Dios siempre ha tendido incondicionalmente sus manos para ayudarte a levantarte.
Dios quiere
reintegrarte a su plan eterno pero es necesario que reconozcas que adquiriste “la
lepra” como resultado de tu rebeldía deliberada, es necesario que le confieses
tu pecado, que tengas la disposición de levantarte y emprender la marcha sin
mirar atrás. Por eso...
“Despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con
paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe...”
Hebreos 12:1-2
Dios te sana, levanta
e integra en sus propósitos. Su deseo es que vivas para lo que te trajo a la
tierra, no para que te pierdas...
“Por
tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos
oído, no sea que nos deslicemos.”
Hebreos 2:1
-------------------------.
Twitter:
----------------------------
1 comentario:
Alfredo de nuevo FELICITACIONES sigues caminas continuas sin parar tu PROPOSITO... te Bendigo en y con el NOMBRE PODEROSO DE JESUCRISTO... y si DIOS ya hizo mucho, nos correspnde a nosotros volver a la barca.
bendiciones a tu familia igual. abrazo
Publicar un comentario