lunes, 23 de febrero de 2015

CULTIVA LA COMUNIÓN PERMANENTE CON DIOS.

La clave para llevar una vida apegada a los principios bíblicos es vivir en comunión permanente con Dios; será así como espontáneamente reflejarás una vida espiritual  fructífera en todo momento y lugar. Por tal motivo es de vital importancia que dediques buena parte de tu tiempo para la oración y la reflexión bíblica para que adquieras la capacidad de mantenerla. No se puede de otra manera.

Al vivir en comunión permanente con Dios, adquieres convicciones firmes de su realidad y de su mensaje revelado en la Biblia; se trata de una compenetración tal, que te impulsa a amarlo sobre todas las cosas, a desechar todo pecado y a identificarte con él en sus sentimientos de compasión incondicional hacia los demás. Su visión es tu visión. Su proyecto es su proyecto.

Al vivir en comunión permanente con Dios, entiendes lo que significa aplicar la justicia y la solidaridad de acuerdo a los parámetros divinos y no de acuerdo a la “justicia humana” que está basada en ideologías  políticas e intereses egoístas. Entiendes que la justicia cristiana no se compara con la “justicia” que quieren imponer algunos gobernantes sedientos de odio y venganza.

Al vivir en comunión permanente con Dios,  los frutos espirituales se hacen evidentes por medio del testimonio de vida que proyectas en donde quiera que vayas.


CULTIVA LA COMUNIÓN PERMANENTE CON DIOS.

Más que una obligación impuesta, considérala como una necesidad imperativa para tu realización en tu vida cristiana.

“La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén.”
2 Corintios 13:14.

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@JAlfredoLievano 

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