viernes, 12 de septiembre de 2014

NO SOMOS DIGNOS...



Al hacer un minucioso examen de nuestra vida, nos damos cuenta que no le hemos respondido a Dios como en realidad deberíamos hacerlo. Parecemos árboles enfermos que producimos malos e inservibles frutos todo el tiempo.


La verdad es que no somos dignos delante de Dios...

No somos dignos de recibir las grandes bendiciones que continuamente recibimos de su mano providente...
Entendemos entonces que todo cuanto somos y tenemos es por GRACIA y MISERICORDIA...
No hay día que no palpemos a cada instante sus grandes bendiciones...
No hay día en el que no veamos el PODER y la SOBERANIA divina abriéndonos puertas para que sigamos sin dificultad la senda que tenemos por delante...
Todo lo recibido es aún mucho más de lo merecido...

Definitivamente que nuestros argumentos y hechos son inválidos para justificarnos delante de Dios, porque quien realmente nos justifica es el sacrificio de Jesucristo en la cruz.


¿Qué hacer entonces?...

 Abandonémonos bajo la GRACIA y la MISERICORDIA de Dios; al hacerlo su PODER comienza a transformar todas las áreas de nuestra vida y su SOBERANIA ordena nuestros caminos...

Lo anterior implica mucha oración y reflexión bíblica...
Necesitamos fortalecernos y alimentarnos de Dios para que su poder transformador haga de nosotros árboles fructíferos que reflejemos un coherente estilo de vida en el mundo...



No somos dignos...
Pero la elección de Dios sobre nosotros permanece...


“Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo...  y Formador tuyo...
No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán.
Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.”
Todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
Este pueblo he creado para mí; mis alabanzas publicará”.

Isaías 43:1-2, 7, 21




José Alfredo Liévano
Twitter.  @JAlfredoLievano    

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