jueves, 25 de septiembre de 2014

LA ABOMINACION DESOLADORA

Lo que le leerán a continuación está tomado de un folleto titulado “Catorce señales que anuncian el retorno de Cristo”. Autor: Roderick C. Meredith. Es un artículo muy largo pero creo que vale la pena imprimirlo y leerlo. No podemos permanecer ciegos y sordos ante lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Lo que sigue NO es de mi autoría

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La abominación Desoladora

Cuando la ciudad de Jerusalén sea tomada, la potencia extranjera que la ocupará dará inicio a lo que la Biblia llama "la abominación desoladora". Para entender de qué se trata veamos primero lo que dice Jesucristo según está consignado en Mateo 24:15-20: "Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora [una repugnante contaminación] de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea [lo que es hoy la nación de Israel] huyan a los montes". Dios le advierte al pueblo de Judea que huya a los montes cuando ocurra la terrible abominación desoladora.
La profecía señala que Jerusalén será otra vez rodeada de ejércitos (Zacarías 12:2 y que pondrán un ídolo en el lugar santo. Jesús les dice a aquellos que son fieles que escapen de inmediato cuando ocurra esta profanación. "El que esté en la azotea, no descienda para tomar algo de su casa; y el que esté en el campo, no vuelva atrás para tomar su capa" (Mateo 24:17-18). Esto quiere decir que hay que huir de inmediato cuando esto se lleve a cabo porque el que espere no podrá escapar.
Hay un paralelo histórico de esta caída de Jerusalén y de la subsiguiente introducción de un objeto de idolatría en el templo. En la época de Antíoco Epífanes, unos 160 años antes de la venida de Cristo, los griegos seleucos sacrificaron cerdos sobre el altar de Dios y pusieron en el templo una estatua de Zeus el principal dios de los griegos. Algo semejante volverá a ocurrir. Actualmente estamos presenciando la calma que precede a la tormenta. Si usted hubiera sido uno de los judíos que vivía en Alemania en 1935, y hubiera tenido conocimiento del destino que le esperaba, ¿No se lo habría advertido a su pueblo? ¿No habría tomado las medidas necesarias para salvar la vida de su familia? Si hoy conocemos el futuro ¿no debemos estar atentos a lo que ocurre en el mundo? El costo de la ignorancia o la negligencia puede ser muy alto.
Una de las implicaciones de Mateo 24:15 es que volverá a haber sacrificios de animales sobre un altar que será erigido en el Templo del Monte en Jerusalén para rendir culto al Dios de Abraham, de Isaac y de Israel. Otra Escritura que confirma estas cosas dice lo siguiente, "Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora…" (Daniel 12:11).
Puesto que la profecía indica que habrá un lugar para los sacrificios, muchos se preguntan si habrá un gran templo en Jerusalén. Es importante tener en cuenta la posibilidad de que sólo se construya un altar como sucedió cuando los judíos regresaron del cautiverio de Babilonia (Esdras 3:2). Debemos velar y estar atentos a las noticias. La profecía señala claramente que los judíos volverán a ofrecer sacrificios en Jerusalén. Sin embargo, todavía no es claro si van a reconstruir el templo o van a ofrecer los sacrificios simplemente sobre un altar. Recordemos la guerra de los seis días. El pueblo judío puede actuar con gran rapidez y valentía cuando se ve ante la urgencia de hacer algo.
Desde el momento en que un agresor extranjero interrumpa los sacrificios diarios que van a ofrecer a Dios (posiblemente el "rey del norte") y se lleve a cabo la abominación desoladora, "habrá 1290 días" (Daniel 12:11, ver Biblia de Jerusalén). Esta Escritura menciona el período que habrá después de la abominación desoladora hasta el fin de la actual civilización cuando regrese Jesucristo a la tierra como Rey de reyes para instaurar un auténtico nuevo orden mundial, el reino de Dios.
"Bienaventurado el que espere, y llegue a 1335 días". Luego le dijo Dios a Daniel: "Y tu irás hasta el fin, y reposarás y de levantarás para recibir tu heredad al fin de los días" (Daniel 12:12-13). En otras palabras, Dios le dijo a Daniel que no vería el cumplimiento de estas profecías. Daniel viviría hasta el fin de sus días y moriría sin haber entendido la profecía que le fue inspirada. Sin embargo, hoy, podemos leer las palabras de Daniel y entender, si empezamos a caminar con Dios y a estudiar estas cosas a fondo. Es necesario entender la gravedad del momento histórico en que nos ha tocado vivir, en la víspera misma del cumplimiento de estas profecías. Que esto nos motive a escudriñar y a ahondar en el estudio de la palabra de Dios, y lo que es más importante, a obedecer a Dios en todas las cosas.


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