Después de tantos
fracasos y frustraciones, llega un momento cuando nos percatamos que nada ni
nadie nos puede dar una respuesta o solución a los problemas. Mientras más
tratamos de solucionarlos en nuestras fuerzas o estrategias, mas no hundimos. Comprendemos que aquellas personas a quienes
idolatramos y depositamos nuestra confianza nos fallaron, comprobamos que todos
los recursos con los que contábamos se echaron a perder por completo y las
fortalezas en las que nos amparábamos sucumbieron totalmente.
Llegamos entonces a la conclusión
que la respuesta o la solución NO se encuentra en este mundo, sino cuando nos
fundamentamos en la única ROCA sólida que es nuestro Señor Jesucristo.
Comprendemos aquellos
textos bíblicos que dicen siguiente:
“Mejor es
confiar en Jehová que confiar en el hombre. Mejor es confiar en Jehová que
confiar en príncipes”.
Salmo 118:8-9
“Porque nadie
puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”.
1 Corintios 3:11.
Al fundamentar tu vida en la doctrina y en los sabios consejos
de Cristo, no habrá viento contrario que te derribe, aun a
pesar de la inestabilidad y debilidad que como a seres humanos nos caracteriza.
Al fundamentar tu vida en la doctrina y en los sabios
consejos de Cristo, tendrás
acceso a las oportunidades que él te brinde en tu peregrinar sobre la tierra, así
como su protección y provisión.
Al fundamentar tu vida en la doctrina y en los sabios
consejos de Cristo, todo será reorientado milagrosamente en el cauce de
sus propósitos, aunque por ello tengas que pasar por circunstancias
incomprensibles y dolorosas.
Al fundamentar tu vida en la doctrina y en los sabios
consejos de Cristo, al final
de tu peregrinar sobre la tierra alcanzaras la Vida Eterna en el Glorioso Reino
de Dios.
(Para comprender un poco más, te recomiendo que leas la reflexión publicada
en el blog el día miércoles 17 de
septiembre 2014. )
José Alfredo Liévano
Twitter. @JAlfredoLievano
2 comentarios:
Excelente!!! Muchas Bendiciones!
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