jueves, 25 de septiembre de 2014

ADVERTENCIA FINAL (Antes de la gran tribulacion)

Lo que le leerán a continuación está tomado de un folleto titulado “Catorce señales que anuncian el retorno de Cristo”. Autor: Roderick C. Meredith. Es un artículo muy largo pero creo que vale la pena imprimirlo y leerlo. No podemos permanecer ciegos y sordos ante lo que está sucediendo a nuestro alrededor. Lo que sigue NO es de mi autoría

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¿Qué nos depara el futuro?...
¿Qué ocurrirá entonces?...

Si los países del mundo no se arrepienten profundamente de haber transgredido las leyes de Dios, grave castigo les depara el futuro.

¿Despertarán los predicadores religiosos para instar al arrepentimiento y a la obediencia a las leyes de Dios?...

¿Se volverán los dirigentes del mundo hacia el Creador con corazón sincero, para hacer de Dios y de su camino el fundamento de la vida nacional?...

¿Empezarán los educadores, los sicólogos y los sociólogos a basar sus conceptos en el fundamento eterno de la palabra de Dios?...

¿Qué opina el lector?...

La respuesta parece ser obvia. El ser humano no está todavía dispuesto a cambiar.

Aún se levantarán muchas voces en el mundo que dirán no se preocupen, nada grave va a ocurrir, todo va a salir bien. Los escépticos dirán que los predicadores del fin del mundo siempre abundan cuando un siglo toca a su fin. "Negaron al Eterno, y dijeron: Él no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre" (Jeremías 5:12).

Dios nos advierte claramente que habrá cínicos y escépticos que contradecirán y pondrán en ridículo la advertencia que Dios hace por medio de sus siervos, "Amados, esta es la segunda carta que os escribo… para que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos profetas… sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores, andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las cosas permanecen así como desde el principio de la creación" (2 Pedro 3:1-4).

La gran tribulación vendrá primeramente en todo su furor sobre los descendientes de las doce tribus de Israel. Sin embargo, las copas de la ira de Dios (Apocalipsis 16) serán derramadas sobre todas las naciones del mundo que no se hayan arrepentido. Nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos está en juego.
Hay un Dios real y verdadero que tiene dominio sobre todas las cosas. Él reina sobre los hombres y sobre las naciones de manera mucho más directa y profunda de lo que alcanzamos a imaginar.

Dios tiene dominio sobre los gobiernos del mundo y cuando quiere determina el resultado de las elecciones, el ascenso al trono de los reyes y monarcas, y la toma del poder de los dictadores en los diferentes países del mundo. Debemos tener fe en el poder de Dios. En el Dios Eterno y Verdadero que rige todas las cosas, y que interviene aun en el sistema pervertido de este mundo cuando lo juzga necesario para llevar a cabo su designio.
Prestemos entonces atención a lo que Dios dice con respecto a la sociedad en que vivimos y al futuro que se avecina. "Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la tierra" (Lucas 21:34-35). Los habitantes del mundo quedarán atrapados como un animal en una trampa que de repente se desata. Esto les acontecerá a los que estén desprevenidos o engañados.

Aun si las naciones del mundo no se arrepienten todavía, usted como persona puede cambiar y recibir perdón y protección durante la gran tribulación que se avecina.

Jesús nos ordena velar. El lector deberá buscar y confirmar en la Biblia todo lo que aquí se dice para que pueda entender con claridad. Los que buscan a Dios con un corazón sincero y estudian la Biblia con una mente abierta van a entender cuando estas cosas ocurran, porque estarán enterados de las señales mediante el estudio y la vigilancia tal como Jesús lo ordenó.
Debemos entonces estar atentos a estos acontecimientos, orando para que Dios nos ayude a someter nuestra vida a él y a su Hijo Jesucristo, y que lo aceptemos como nuestro Salvador, como nuestro Jefe, nuestro Señor, nuestro Maestro y Sumo Sacerdote, nuestro Rey venidero. Entre tanto, mediante la presencia del Espíritu Santo en nosotros guardaremos los mandamientos de Dios y haremos todo aquello que es agradable a sus ojos (I Juan 3:22). Así empezaremos a caminar con el Dios que nos da la vida y el aire que respiramos y estaremos verdaderamente preparados para la segunda venida de Jesucristo.
Usted, amigo lector, puede llegar a estar sumamente consciente de la realidad mundial y alcanzar un profundo contacto con Dios mediante la oración, el estudio diligente de la Biblia y la vigilancia sobre la marcha de los sucesos en el mundo. Pídale a Dios ayuda en ferviente oración. Pídale que lo guíe y le dé fortaleza para hacer el bien. Pídale que lo libre a usted y a su familia de los años turbulentos que se avecinan. Es hora de buscar a Dios de todo corazón y de empezar a obedecer sus mandamientos. Usted puede aceptar al verdadero Jesucristo como su Salvador personal y someterse a él para que él more en usted por medio de su Espíritu.
Si usted busca sinceramente a Dios y cree en el evangelio que Jesucristo predicó, entonces sabrá qué es lo que Dios espera de usted.
Hágalo y él enriquecerá su vida con entendimiento y propósito; le dará el don de la vida eterna en su reino que está pronto a ser instaurado en la tierra (Juan 3:16) y lo librará de la futura catástrofe mundial que Jesús tan vívidamente describió.
Pongamos entonces en práctica las instrucciones de Jesucristo,

"Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre"


(Lucas 21:36)

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