Lo que le leerán a continuación
está tomado de un folleto titulado “Catorce señales
que anuncian el retorno de Cristo”. Autor: Roderick
C. Meredith. Es un artículo muy largo pero creo que vale la pena
imprimirlo y leerlo. No podemos permanecer ciegos y sordos ante lo que está
sucediendo a nuestro alrededor. Lo que sigue NO es de mi autoría
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¿Qué nos depara el
futuro?...
¿Qué ocurrirá entonces?...
Si los países del mundo no se arrepienten profundamente de haber
transgredido las leyes de Dios, grave castigo les depara el futuro.
¿Despertarán los
predicadores religiosos para instar al arrepentimiento y a la obediencia a las
leyes de Dios?...
¿Se volverán los
dirigentes del mundo hacia el Creador con corazón sincero, para hacer de Dios y
de su camino el fundamento de la vida nacional?...
¿Empezarán los
educadores, los sicólogos y los sociólogos a basar sus conceptos en el
fundamento eterno de la palabra de Dios?...
¿Qué opina el lector?...
La respuesta parece ser obvia. El ser humano no está todavía dispuesto a
cambiar.
Aún se levantarán
muchas voces en el mundo que dirán no se preocupen, nada grave va a ocurrir,
todo va a salir bien. Los escépticos dirán que los predicadores del fin del
mundo siempre abundan cuando un siglo toca a su fin. "Negaron
al Eterno, y dijeron: Él no es, y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos
espada ni hambre" (Jeremías 5:12).
Dios nos advierte
claramente que habrá cínicos y escépticos que contradecirán y pondrán en
ridículo la advertencia que Dios hace por medio de sus siervos, "Amados, esta es la segunda carta que os escribo… para
que tengáis memoria de las palabras que antes han sido dichas por los santos
profetas… sabiendo primero esto, que en los postreros días vendrán burladores,
andando según sus propias concupiscencias, y diciendo: ¿Dónde está la promesa
de su advenimiento? Porque desde el día en que los padres durmieron, todas las
cosas permanecen así como desde el principio de la creación" (2 Pedro 3:1-4).
La gran tribulación
vendrá primeramente en todo su furor sobre los descendientes de las doce tribus
de Israel. Sin embargo, las copas de la ira de Dios (Apocalipsis 16) serán
derramadas sobre todas las naciones del mundo que no se hayan arrepentido.
Nuestro futuro y el futuro de nuestros hijos está en juego.
Hay un Dios real y
verdadero que tiene dominio sobre todas las cosas. Él reina sobre los hombres y
sobre las naciones de manera mucho más directa y profunda de lo que alcanzamos
a imaginar.
Dios tiene dominio
sobre los gobiernos del mundo y cuando quiere determina el resultado de las
elecciones, el ascenso al trono de los reyes y monarcas, y la toma del poder de
los dictadores en los diferentes países del mundo. Debemos tener fe en el poder
de Dios. En el Dios Eterno y Verdadero que rige todas las cosas, y que
interviene aun en el sistema pervertido de este mundo cuando lo juzga necesario
para llevar a cabo su designio.
Prestemos entonces
atención a lo que Dios dice con respecto a la sociedad en que vivimos y al
futuro que se avecina. "Mirad también por vosotros
mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de
los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día. Porque
como un lazo vendrá sobre todos los que habitan sobre la faz de toda la
tierra" (Lucas 21:34-35).
Los habitantes del mundo quedarán atrapados como un animal en una trampa que de
repente se desata. Esto les acontecerá a los que estén desprevenidos o
engañados.
Aun si las naciones del mundo no se arrepienten todavía, usted como
persona puede cambiar y recibir perdón y protección durante la gran tribulación
que se avecina.
Jesús nos ordena velar.
El lector deberá buscar y confirmar en la Biblia todo lo que aquí se dice para
que pueda entender con claridad. Los que buscan a Dios con un corazón sincero y
estudian la Biblia con una mente abierta van a entender cuando estas cosas
ocurran, porque estarán enterados de las señales mediante el estudio y la
vigilancia tal como Jesús lo ordenó.
Debemos entonces estar
atentos a estos acontecimientos, orando para que Dios nos ayude a someter
nuestra vida a él y a su Hijo Jesucristo, y que lo aceptemos como nuestro
Salvador, como nuestro Jefe, nuestro Señor, nuestro Maestro y Sumo Sacerdote,
nuestro Rey venidero. Entre tanto, mediante la presencia del Espíritu Santo en
nosotros guardaremos los mandamientos de Dios y haremos todo aquello que es
agradable a sus ojos (I Juan 3:22). Así empezaremos a caminar con el Dios que
nos da la vida y el aire que respiramos y estaremos verdaderamente preparados
para la segunda venida de Jesucristo.
Usted, amigo lector,
puede llegar a estar sumamente consciente de la realidad mundial y alcanzar un
profundo contacto con Dios mediante la oración, el estudio diligente de la
Biblia y la vigilancia sobre la marcha de los sucesos en el mundo. Pídale a
Dios ayuda en ferviente oración. Pídale que lo guíe y le dé fortaleza para hacer
el bien. Pídale que lo libre a usted y a su familia de los años turbulentos que
se avecinan. Es hora de buscar a Dios de todo corazón y de empezar a obedecer
sus mandamientos. Usted puede aceptar al verdadero Jesucristo como su Salvador
personal y someterse a él para que él more en usted por medio de su Espíritu.
Si usted busca
sinceramente a Dios y cree en el evangelio que Jesucristo predicó, entonces
sabrá qué es lo que Dios espera de usted.
Hágalo y él enriquecerá
su vida con entendimiento y propósito; le dará el don de la vida eterna en su
reino que está pronto a ser instaurado en la tierra (Juan 3:16) y lo librará de
la futura catástrofe mundial que Jesús tan vívidamente describió.
Pongamos entonces en
práctica las instrucciones de Jesucristo,
"Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por
dignos de escapar de estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del
Hijo del Hombre"
(Lucas 21:36)
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