martes, 16 de julio de 2013

CARTA DE UN PRISIONERO DESDE EL “CALABOZO”...

Me encuentro en un calabozo sin ventanas, oscuro, frío y solitario; además, estoy atado fuertemente a dos cadenas que me mantienen inmovilizado todo el tiempo. Una cadena se llama "Duda" y la otra "Temor".

---------------------------.
"Duda" y "Temor" son mis dos verdugos que todo el tiempo me torturan y matan lentamente.
---------------------------.

"Duda" me ha hecho creer lo siguiente:

“No hay nada más que hacer...”
“No hay más recursos a tu disposición...”
“Todas las fuentes se secaron...”
“Hasta las personas cercanas te dieron la espalda, incluso tu familia...”
“Vas totalmente a la deriva, rumbo a la ruina total...”
“Quedarás avergonzado ante los demás...”
"Duda" me dice que es imposible salir del calabozo, porque sus fuertes eslabones me tienen atado junto a "Temor", su hermano.

"Duda" y "Temor", trabajan juntos como buenos aliados para mantenerme prisionero de por vida. "Temor" ha logrado su objetivo: Hacerme entrar en angustia, tristeza y desesperación ante las circunstancias imposibles que ya se multiplicaron en extremo.
Mientras "Duda" y "Temor" me dominen, no saldré jamás del calabozo y mucho menos podré asumir los retos que la vida me demande. 

---------------------------------.
He entendido que solamente el PODER sobrenatural y la MISERICORDIA incondicional de Dios, pueden sacarme de esta situación.
---------------------------------.
Necesito que Dios me libre de las cadenas de la duda y el temor para que pueda vivir de acuerdo al propósito eterno por el que he venido al mundo, pues necesitaré mucha FE y VALOR en medio del entorno donde me desempeñaré...


--------------------.
ORACION
--------------------.
Desde el calabozo profundo clamo a ti Oh Dios, para que rompas las cadenas de la duda y el temor que durante años me han mantenido en este  terrible “calabozo”; te ruego que al ser libre de ellas, pueda a partir de hoy dar los pasos de fe y obediencia que tú me demandas...  Solamente así avanzaré hacia donde tú quieres que vaya; caso contrario, me mantendré atado en el lugar de siempre...

De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo.
Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica.
Salmo 130:1-2.


-------------------.

Twitter:

----------------------------

No hay comentarios: