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No perteneces a este mundo...
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Aquí solamente estás de paso. Por eso, ten presente de no perder la noción de tu identidad espiritual y tu destino eterno. Recuerda las palabras que el apóstol Pablo menciona en una de sus cartas: “Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”. Fil 3:20.
No te enfoques en echar raíces en la tierra, pues un día partirás de aquí, y nada te llevarás; por eso es necesario que pongas siempre la mirada en las "cosas de arriba" y no en las de la tierra. “Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios. Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra.” Colosenses 3:1-2.
Tu finalidad en este mundo, es llevar a cabo la misión que Dios te ha encomendado; sin embargo has comprobado a lo largo de tu peregrinaje, que en tus fuerzas eres incapaz, debido a la oposición continua y diversa que encuentras en tu diario vivir. Nuestro Señor Jesucristo te lo recuerda: “En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan 16:33.
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No temas en cumplir con la misión encomendada.
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Dios te envolverá siempre con su presencia real, aunque a tu alrededor solo veas "desiertos peligrosos". El te pastoreará siempre durante tu peregrinaje y tu misión en todo lugar. Recuérdalo y decláralo precisamente hoy:
“Jehová es mi pastor; nada me faltará.
En lugares de delicados pastos me hará descansar;
Junto a aguas de reposo me pastoreará.
Confortará mi alma;
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores;
Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida,
Y en la casa de Jehová moraré por largos días”.
Salmo 23.
Sigue siempre las órdenes específicas que Dios te dé en su Palabra aunque parezcan ilógicas, pues a medida que las obedezcas, verás su respaldo oportuno y poderoso en todo lo que emprendas.
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MANTÉN LA VISIÓN EN TU MISION.
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