jueves, 23 de mayo de 2013

NO TEMAS POR LO QUE SUCEDERA...

A lo largo de tu vida, cometiste muchas acciones que generaron consecuencias lamentables, y que ahora has venido cargando sobre tus espaldas. Lo hecho, hecho está, y no hay solución humana que enderece lo que torciste y reúna lo que esparciste. No hay marcha atrás; sin embargo, Dios por su misericordia infinita hacia ti, va a enderezar  lo que torciste y reunir lo que esparciste.
Sucederán – y ya están sucediendo- las circunstancias que contribuirán a ese enorme acto de misericordia a tu favor.

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No temas por lo que sucederá, pues es parte del proceso de restauración que Dios está operando en ti.
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Acuérdate de esta palabra que Dios te dice a ti directamente:  “Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti”. Isaías 43:2.

Por eso, aunque en los próximos días te veas en medio de situaciones contrarias y agresivas sobre ti, Dios se encargará de proceder de maneras que están fuera de toda comprensión humana. Todo irá encaminado a tu favor y al de tu familia; y te lo recuerda con anticipación para que cuando el momento llegue te aferres a su promesa...
Entiende ahora, que el Dios creador y soberano de todo el universo es quien tendrá el control total de lo que te acontecerá. Nada te será por suerte o casualidad, incluso, el hecho de estar leyendo esta reflexión...

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Alégrate por lo que Dios hará a tu favor...
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Animo...
Adelante...
Aprende a “ver” en medio de la noche circundante, la huella de Dios caminando delante de ti...
Aprende a “ver” la intervención de Dios en medio de los acontecimientos confusos que hay a tu alrededor...
Aprende a “ver” la realidad, el poder y la soberanía de Dios en medio de la oscuridad...

Desde hace mucho tiempo atrás, Dios ya te había preparado estos caminos “incomprensibles” por los que tendrás que transitar, pero de lo que si puedes tener la plena certeza, es que nunca más conocerás la frustración y la derrota...

A Jehová he puesto siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido.
Salmo 16:8.

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