martes, 2 de abril de 2013

APRENDE A CREERLE A DIOS...

En medio de esta situación en la que aparentemente sientes como que Dios te ha olvidado, él te hace saber que descenderá para librarte en el momento oportuno; no te echarás a perder aunque así parezca;  pero es necesario que antes entiendas que su poder y soberanía van mas allá de lo que imaginas. Al respecto el apóstol Pablo lo recuerda: “Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” Efesios 3:20.

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Dios te está enseñando a confiar en su poder y en su soberanía aunque todo se haya echado a perder.
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Es necesario que entres a un nivel de fe diferente al que te habías acostumbrado...
Es necesario que le creas a Dios aunque haya “cero” posibilidades de todo...
Es necesario que le creas a Dios aunque el tiempo haya pasado sobre ti...
De eso se trata creerle a Dios. Mira el ejemplo de Abraham: “El creyó en esperanza contra esperanza, para llegar a ser padre de muchas gentes, conforme a lo que se la había dicho: Así será tu descendencia. Y no se debilitó en la fe al considerar su cuerpo, que estaba ya como muerto (siendo casi de cien años), o la esterilidad de la matriz de Sara. Tampoco dudó, por incredulidad, de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en la fe, dando gloria a Dios, plenamente convencido de que también era poderoso para hacer todo lo que había prometido” Romanos 4:18-21.
De igual manera, es necesario que creas contra toda esperanza, contra todo pronóstico. Eso es creerle a Dios; y hasta que no llegues a ese punto no pasarás el examen. No te desanimes cuando veas que humanamente no se puede hacer nada, al contrario, sigue creyéndole a Dios...
Dios lo hará todo conforme a cómo te lo ha dicho, pero es necesario que le creas así como creyó Abraham. Créele a pesar de todo...
Dios no ignora tu condición presente, pero es necesario que pases por ella para que aprendas a creerle. “El sabe que andas por este gran desierto; estos cuarenta años Jehová tu Dios ha estado contigo, y nada te ha faltado”. Deuteronomio 2:7.

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