Todo cuanto has recibido hasta ahora, te ha sido dado por Dios. De él procede tu inteligencia, tus talentos y tus recursos. Todo cuanto eres y tienes se lo debes a él. Nada ha sido otorgado por tus méritos y capacidades...
Todo cuanto has recibido hasta ahora, es para que le saques al máximo de su provecho, no es para que lo desperdicies. La vida es muy corta como para menospreciar lo que tienes entre tus manos.
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Precisamente, Dios te ha puesto en ese lugar.
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Ese es “el campo” que Dios preparó de antemano para ti, porque sabía que producirías al ciento por uno con los recursos que pondría en tus manos. Sácale el máximo provecho a partir de ahora. No veas como un hecho casual que estés precisamente allí.
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¿Qué acciones específicas has de poner en práctica?
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Reconoce que todo lo que eres y tienes, lo has recibido de Dios.
Dale las gracias a Dios por haberte dado aun más de lo que merecías ser o tener.
Ora por sabiduría para que sepas como proceder ante los diversos retos que la vida te presente.
Organiza bien tu tiempo, priorizando cada actividad que hayas de realizar a lo largo del día.
Se diligente en cada responsabilidad, esforzándote y dando siempre lo mejor de ti.
Vive de acuerdo a las pautas de la Palabra de Dios. Aplícala siempre ante cada decisión o acción que tomes.
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No te desperdicies, tienes mucho que dar.
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Porque el reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor.
Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos. Y llegando el que había recibido cinco talentos, trajo otros cinco talentos, diciendo: Señor, cinco talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos. Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Llegando también el que había recibido dos talentos, dijo: Señor, dos talentos me entregaste; aquí tienes, he ganado otros dos talentos sobre ellos. Su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
Pero llegando también el que había recibido un talento, dijo: Señor, te conocía que eres hombre duro, que siegas donde no sembraste y recoges donde no esparciste; por lo cual tuve miedo, y fui y escondí tu talento en la tierra; aquí tienes lo que es tuyo. Respondiendo su señor, le dijo: Siervo malo y negligente, sabías que siego donde no sembré, y que recojo donde no esparcí. Por tanto, debías haber dado mi dinero a los banqueros, y al venir yo, hubiera recibido lo que es mío con los intereses. Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos.
Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes.
Mateo 25:14-30.
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