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El mundo no mejorará mientras las leyes establecidas por los gobiernos se opongan a los principios cristianos.
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¿Acaso le irá bien a un país cuyo gobierno apruebe leyes a favor de matrimonios del mismo sexo?
¿Le irá bien a un país cuyo gobierno apruebe actos de violencia, odio, resentimiento, inmoralidad, soborno, corrupción e injusticia en sus diversas áreas?
¿Le irá bien a un país que deseche rotundamente los principios que nuestro Señor Jesucristo dejó establecido en su Palabra?
¿Acaso todo esto podrá traer consecuencias de bendición?
La respuesta es ¡NO!, es imposible.
En días recientes Dios me ha mostrado con claridad que pronto sacudirá a muchos gobiernos prepotentes e injustos que han usurpado la autoridad divina para llevar a cabo sus planes de ambición y poder.
¿Cómo lo hará?
No lo sé...
¿Cuándo lo hará?
Tampoco sé...
Pero si Dios lo ha dicho y lo ha confirmado, así será...
Muchos “tronos” caerán; no uno, ni dos, serán muchos.
Dios tiene sus métodos de justicia para llevarlo a cabo.
La verdad es que Dios no puede ser burlado.
No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.
Gálatas 6:7
Esto que veremos, será al mismo tiempo una advertencia seria y una llamada al arrepentimiento para los que aun persistan en esta actitud.
Y...
¿Qué hacemos los cristianos en este contexto?
¿Callar?
¿Seguir la corriente?
¿Cuál es la razón de nuestra existencia en este mundo tan conflictivo?
¿Qué hacemos aquí?
¿Qué haces aquí?
Es precisamente en medio de este ambiente oscuro y agónico donde Dios te ha puesto para que reflejes luz y vida.
Por eso...
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Enfócate en ser fiel en el encargo que Dios te ha delegado aunque todo lo tengas en contra.
En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33
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Que las dificultades externas o las tentaciones no te hagan olvidar la razón por la que estás en el mundo.
En estos días, Dios no ha cesado de recordarte lo que debes de hacer independientemente a las circunstancias externas.
No te olvides de velar en oración; y entre lo que debes de pedirle insistentemente al Señor son dos peticiones básicas: Amor al prójimo y sabiduría.
En cuanto al amor al prójimo, es imposible llevar a cabo la obra del Señor si no existe una compasión por las almas necesitadas. El amor al prójimo nos lleva hasta las últimas consecuencias, al grado tal de dar la vida por los demás.
En cuanto a la sabiduría, no solamente sabes qué hacer, sino como proceder en cada momento oportuno en el desempeño de tu misión.
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Encomiéndale a Dios el camino que te hace falta recorrer sobre la tierra.
Encomienda a Jehová tu camino,
Y confía en él; y él hará.
Salmo 37:5
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Tú no sabes que podrá acontecerte en los próximos minutos o días, pues las cosas pueden cambiar de la noche a la mañana; sin embargo, Dios conoce a la perfección el resto del camino que te falta recorrer y las situaciones que enfrentarás en él.
No te angusties por lo que verás y escucharás.
Dios irá siempre contigo a lo largo del cumplimiento de tu misión sobre la tierra.
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
Isaías 43:2
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