Ante este problema insoportable que te agobia, es necesario que ahora entiendas y reconozcas, que nadie puede resolvértelo. ¡Nadie!. Ya lo intentaste resolver, y nada se pudo.
¡Desolación total!
Es todo lo que hay.
Tus fuerzas están desgastadas...
Tus ánimos están por los suelos...
Tu horizonte, en oscuridad total...
Quisieras que las noches fueran eternas para no despertar, y no tener así, que enfrentarte al nuevo día.
Solución humana no hay, y de ello tienes plena seguridad; sin embargo, en la Sagrada Escritura encontrarás el consejo oportuno que has de aplicar justo en estos precisos momentos.
He aquí la palabra oportuna:
Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
1 Pedro 5:6-7
Reconoce ahora, que solamente Dios es el único que puede sacarte de esta situación, tal y como lo hizo con el pueblo de Israel cuando con su mano poderosa lo sacó de Egipto.
De igual manera, solamente Dios te podrá sacar del fondo del problema en el que estás, pero es necesario que lo creas. Deja que su poder y soberanía “trabaje” a tu favor en todos tus acontecimientos. El, en su tiempo te levantara aun en contra de todo pronóstico, y ante los ojos sorprendidos de muchos.
Desahógate delante de Dios...
Saca todo cuanto tienes ante él...
Dudas... Temores... Angustias... Tristezas... Desilusiones... Frustraciones... Fracasos... Complejos de culpa... Proyectos...
Dios pondrá toda su atención sobre ti, y obrara a tu favor para manifestar su poder y gloria.
Algo hará para hacerlo...
Mientras tanto espera y gózate en lo que hará por ti.
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Y conocerás que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan en mí.
Isaías 49:23
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