miércoles, 28 de marzo de 2012

HUYE DE LAS PLAGAS QUE VENDRAN.

Dios continúa advirtiendo insistentemente una y otra vez al mundo. Lo hace de diversas maneras empleando medios y circunstancias. Y aun así parece que a nadie le interesa convertirse de sus malos caminos.

Dios no deja de advertirle al mundo desde temprano y sin cesar, así como lo hace ahora.

Las consecuencias negativas de la maldad se han venido acumulando a lo largo de los siglos, pero llegará el momento en que se producirá un trágico desenlace para toda la tierra, así tal y como lo narra con detalles el libro del apocalipsis.

Dios no deja de recordarle al mundo que habrá un juicio universal para los soberbios; para todos aquellos que le han “echado” de sus vidas. Se trata del día establecido por él.

Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos.

Hechos 17:31

Pero ese día aun no ha llegado.
Ahora únicamente son las advertencias, que cada vez son más frecuentes e intensas...

Aprendamos a leer “entre líneas” los acontecimientos actuales, y veamos en ellos una “pequeña muestra” de lo que será después.
Es necesario apartarse de toda complicidad con el mal, pero también denunciar sus causas y consecuencias.
Cristianos todos, es necesario hacerlo ahora.
¿Qué sentido tendría nuestra presencia en la tierra, sino lo hacemos?

Es necesario que reflejemos una vida de santidad en medio de un mundo corrupto, es necesario que reflejemos una vida de justicia en medio de un mundo injusto.
Es necesario que no hagamos alianzas con aquellos que niegan a Cristo con sus acciones.

Advirtamos al mundo las implicaciones que tiene vivir en rebeldía desafiante a la voz de Dios y apartémonos de todo aquello que nos separe de él.


Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas.

Apocalipsis 18:4

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HUYE DE LAS PLAGAS QUE VENDRAN, PERO TAMBIEN, NO CESES DE ADVERTIR.
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