jueves, 9 de febrero de 2012

PERMANECE EN EL LUGAR SEGURO.

¿Donde refugiarte, cuando no existe ningún lugar seguro que garantice tu protección?
No hay lugares seguros, ya viste que todos son vulnerables a caer, incluso aquellos que tenían la fama de poseer todas las garantías de seguridad.
Todos piensan en “lugares seguros” donde refugiarse cuando el peligro acecha, pero es en vano. Todo es vulnerable.

¡Nada es firme y seguro sobre la tierra!

Nada ni nadie puede garantizarte protección y seguridad; a menos que “habites” bajo la cobertura del Altísimo. Pero, ¿Qué es vivir bajo este tipo de cobertura?
Vivir bajo la cobertura del Altísimo, es permanecer en obediencia incondicional a los principios que él ha dejado establecidos en su Palabra. Es “andar” en ellos.
Si “andas” en la voluntad de Dios, independientemente a la amenaza de peligro que te aceche, siempre te vas a encontrar en el tiempo justo y en el lugar adecuado.

¡Nada te sucederá si Dios no lo permite!

Cuando los momentos de peligro se intensifiquen, tú no temerás, porque tendrás la plena certeza que “habitas” bajo la sombra del omnipotente.
En estos tiempos de inseguridad y de peligros diversos, te recomiendo que permanezcas en el único lugar seguro que solamente Dios puede proveerte.

El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.
Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo mío; Mi Dios, en quien confiaré.
El te librará del lazo del cazador, de la peste destructora.
Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro; escudo y adarga es su verdad.
No temerás el terror nocturno, ni saeta que vuele de día, ni pestilencia que ande en oscuridad, ni mortandad que en medio del día destruya.
Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará.
Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos.
Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada.
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid pisarás; hollarás al cachorro del león y al dragón.  Por cuanto en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; le pondré en alto, por cuanto ha conocido mi nombre.  Me invocará, y yo le responderé; con él estaré yo en la angustia; Lo libraré y le glorificaré.  Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación.
Salmo 91.
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1 comentario:

Sandra dijo...

Solo Dios mi refugio, solo EL mi lugar seguro!!!!!!!!!