jueves, 17 de noviembre de 2011

¿Y TU FAMILIA?

Pon de tu parte en buscar cada día el bienestar integral de las personas que conviven contigo.
Se trata del compromiso primario que siempre has de tener en cuenta.
De nada sirve hacer grandes cosas para el Reino de Dios, si antes no las has llevado a cabo en tu propio entorno familiar.

¿Acaso se puede reflejar al mundo un testimonio genuino cuando NO se es LUZ en el propio hogar?
¡NO!

Enfócate primero en tu familia.
Es tu deber primario.

Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo.
1 Pedro 5:8

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