viernes, 18 de noviembre de 2011

DIOS TE HABLA CLARO

Lee y medita la siguiente porción bíblica tomada del Salmo 119:

La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples
Salmo 119:130.

Otra versión dice:

La explicación de tus palabras ilumina, instruye a la gente sencilla.
Salmo 119:130.

Este versículo nos recuerda el efecto sobrenatural que produce la Palabra de Dios cuando nos exponemos a su contenido.
Por eso es necesario que cada día tengamos un tiempo específico para reflexionar en lo que Dios nos quiere decir.

¡Dios siempre tiene algo que decirnos!

Dios no habla solamente por hablar, siempre lo hace con un propósito específico que va de acuerdo a la situación que vivimos en ese momento...
Dios siempre te da la palabra justa y oportuna que necesitas oír y entender...
Te da la capacidad de discernir su contenido de manera clara y sencilla.

Lo que escribo ahora es algo que comprendí desde hace mucho tiempo atrás, al comprobar que ante cada situación específica que yo atravesaba, Dios me hacía comprender con exactitud lo que quería decirme. Y hasta esta fecha lo he venido comprobando...

¡Dios no calla!
¡Dios te habla claro!

El hecho de saber que Dios nos habla con claridad, es una motivación para escucharle cada día y recibir su orientación oportuna. Esto nos permitirá dar los pasos correctos que hemos de dar ante las encrucijadas o los dilemas que a diario se nos presentan en la vida.
Necesitamos ser orientados diariamente por los consejos sabios de la Palabra de Dios.
No en vano el salmista escribió:

Ordena mis pasos con tu palabra y ninguna maldad se enseñoree de mí.
Salmo 119:133.

Confía siempre en que Dios te dará la palabra que necesitas oír, aunque a veces no te guste porque te ponga “el dedo en la llaga”. La verdad duele, pero es necesario aceptarla y poner de nuestra parte para corregir con humildad y determinación, el camino equivocado que se había tomado.

Deja que Dios te hable cada día, y te muestre:
Lo que has de dejar y lo que has de tomar...   
Lo que has de hacer y dejar de hacer...
Lo que has de decir y lo que has de callar...   
Lo que has de creer y no has de creer... 

No conocerás la frustración porque con toda seguridad Dios estará contigo respaldando tu obediencia...

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