martes, 4 de octubre de 2011

SOPORTA LAS AFLICCIONES.

La crisis aumenta...
La tormenta arrecia...
Las presiones ahogan...
Las puertas se cierran...
El horizonte se oscurece...

Esto es una realidad en la vida de muchos cristianos que han consagrado su vida al servicio del Señor. Es entonces cuando aquellas palabras que él dijo, toman fuerza y sentido:

En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido al mundo.
Juan 16:33

Ya lo viste...
Las aflicciones diversas allí están presentes retándote y amenazándote a entrar en desesperación...
Sin embargo, es ahora cuando es importante accionar el botón de la fe y la paciencia...

¡Qué hastío tan grande!
¡Qué desesperación!
¡Cuánta zozobra!
¡Cuánta soledad!

No ves nada resolverse, al contrario, todo complicándose...
Las complicaciones que hace un mes vivías, ahora se han intensificado...
Y a todo esto...
¿Dónde está Dios?
Más de alguna vez te has preguntado, o al menos has tenido la tentación de hacerlo...

Que buen momento para que tu fe y tu paciencia crezcan...
Que buen momento para ejercitar la obediencia y la fidelidad en medio de la tempestad...
Que buen momento para confiar en medio de la oscuridad y de los “sin sentidos”...

Recuerda que a mayor compromiso con Dios, mayor oposición del mundo tendrás...
Esto siempre lo supiste, mas ahora lo estás viviendo...
Que diferente es saber las cosas que vivirlas...
Que diferente es hablar sobre la fe, la paciencia y la obediencia incondicional cuando no se experimenta en carne propia las aflicciones...
¡Qué diferente es!

Que las aflicciones no te desvíen del propósito por el cual consagraste tu vida al Señor, al contrario, es cuando más firme has de mantenerte en la obra asignada...
Ora mucho, lo necesitas...
Sumérgete en la reflexión de la Palabra de Dios...
Toma para ti el consejo que el apóstol Pablo le dio a Timoteo y aplícalo a tu contexto personal:

Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina. Porque vendrá tiempo cuando no sufrirán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oír, se amontonarán maestros conforme a sus propias concupiscencias, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Pero tú sé sobrio en todo, soporta las aflicciones, haz obra de evangelista, cumple tu ministerio.
2 Timoteo 4:1-5.

Que las aflicciones presentes no te hagan perder la prioridad por la cual vives...
No pierdas la noción de lo que has venido hacer al mundo, sabiendo que la oposición estará siempre tocando tu puerta...
El apóstol Pablo estuvo consciente de ello hasta el último día de su vida, sabiendo a lo que iba:

Porque yo ya estoy para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano.
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
2 Timoteo 4:6-8

No hay duda que vale la pena enfocarse en la prioridad por la que estamos en la tierra...
Lo demás es totalmente vano...
No te afanes por lo que no tiene sentido...
En verdad que no vale la pena...

Así que, hermanos míos amados, estad firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
1 Corintios 15:58

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