lunes, 24 de octubre de 2011

¿HACIA DONDE ENFOCAS TUS PROPOSITOS?

Siempre vas a encontrar en los personajes de la Biblia alguna experiencia similar con respecto a alguna situación personal por la que estés atravesando...
Los personajes bíblicos no fueron super hombres ni super mujeres, fueron personas de carne y hueso con debilidades e incapacidades iguales a las tuyas y a las mías, pero con la diferencia que le creyeron a Dios...         dependieron de él independientemente a como estuvieran las circunstancias externas…     y enfocaron sus acciones e intereses en consonancia a sus propósitos.
En otras palabras, el éxito de ellos se debió a que amoldaron sus vidas de acuerdo a la voluntad de Dios...   la amoldaron de acuerdo a su Palabra...

Cuando amoldas tu vida de acuerdo a los criterios de Dios, llegas a alcanzar el éxito que esperas aun en medio de las tempestades difíciles que te azotan...
Cuando amoldas tu vida de acuerdo a los criterios de Dios, no le temes a las sendas oscuras y peligrosas  por las que atraviesas…
Cuando amoldas tu vida de acuerdo a los criterios de Dios, ves resultados asombrosos en las diferentes aéreas de tu vida a pesar de tenerlo todo en contra...

Te muestro uno de los muchos ejemplos que la Biblia ofrece: El ejemplo de José.
Tómate tu tiempo y busca en tu Biblia los capítulos siguientes del libro de Génesis:
Capitulo 37 y capítulos del  39 al 50.
Esto es para que recuerdes lo que implica permanecer fiel a la voluntad de Dios aunque todo se tenga en contra.

Así como fue el caso de José, de la misma manera fue con el resto de los grandes hombres y mujeres que aparecen en la Biblia, y cuyo propósito común, fue el de servir y agradar a Dios independientemente a las circunstancias externas que vivieran...
Toma su ejemplo y aplícalo a tu vida...
Respóndete con sinceridad:

¿Hacia dónde enfocas tus propósitos?

¿Será por eso que las cosas no te están saliendo como esperabas?

Piénsalo y reorienta tu vida amoldándola a los lineamientos que Dios te ha dado en su Palabra...

He aquí la palabra en la que Dios desea que te enfoques:
Lee con atención:

Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

Más vosotros no habéis aprendido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, y renovaos en el espíritu de vuestra mente y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo.

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.

Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Efesios 4:17-32

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