jueves, 21 de julio de 2011

LO QUE TODO PREDICADOR NECESITA.

AMADO PREDICADOR:

Antes que hablemos de lo que necesitas, es importante recordar que Dios te ha elegido para que seas su portavoz en el mundo.
¡Qué gran privilegio!
¡Qué gran responsabilidad!
Es precisamente para esa misión que te escogió desde antes de la fundación del mundo.
Desde luego que no lo mereces, tu bien lo sabes; y además estas muy consciente que eres totalmente incapaz.
Sin embargo, la elección de Dios se mantiene firme para contigo.

Muchas veces a lo largo de tu vida has intentado como Jonás, evadir tu llamado y tomar otros rumbos que tú consideras más apropiados, sin embargo la insistencia divina resuena en tus oídos nuevamente.
Has entendido que Dios no te quiere en otra cosa diferente...
Ya no antepongas tus intereses ante los intereses de Dios...

Fíjate el entorno tan difícil y peligroso en el  que estás viviendo ahora, y es en medio de él que has de llamar a un ARREPENTIMIENTO GENUINO, antes que los juicios se derramen sobre la tierra.
Es necesario que digas las cosas tal y como son, así como te las muestra el Señor al meditar en su Palabra.
Es necesario que denuncies el pecado y saques a la luz todo lo que no está bien, pero también es vital que presentes la solución por medio de Jesucristo. No temas a las reacciones que esto suscite ante tus oyentes...
No trates de quedar bien con los demás al ocultarles sus errores o pecados, con esto no les estas juzgando, sino presentando una radiografía a la luz de la Palabra de Dios para que tomen un estilo de vida diferente.

Ante esa labor que Dios nos demanda, es necesario que tengamos en cuenta lo siguiente:
Vida de oración y reflexión bíblica.
Convicciones firmes en la Palabra de Dios.
Discernimiento de los acontecimientos presentes.
Disposición para ponernos bajo las órdenes incondicionales del Señor.
Compasión ante las necesidades espirituales de la humanidad.
Valor para enfrentar las oposiciones diversas.
Testimonio inspirador de palabras y acciones.

Esto es lo que necesitamos.
Esto es por lo que hemos de orar noche y día.
Ya no nos divaguemos en otras cosas que lo que hacen es alienar y adormecer a los demás...
Despertémosles del sueño...

Nuevamente Dios te confirma sus palabras.
Mira lo que te dice:

Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Jeremías 1:5

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