Es Dios quien debe de ser nuestra PRIORIDAD en todo; es decir, tener en cuenta sus lineamientos ante todo aquello que hemos de emprender, seguirlos fielmente aun ante la peor de las adversidades o ante las ofertas pecaminosas que el mundo nos pretenda ofrecer.
En medio de un mundo cuyas influencias malignas y astutas se acrecientan con fuerza, hemos de seguir con fidelidad las pautas de comportamiento dejadas por nuestro Señor Jesucristo y a la vez, seguir ejemplo de aquellos que se mantienen fieles a sus enseñanzas.
Todo lo que hagan o digan, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él.
Col 3,17
1 comentario:
Amén
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