UN SEGUIDOR DE CRISTO ES...
Aquel que
renuncia a sí mismo.
Aquel que se
pone bajo las órdenes incondicionales de Dios.
Aquel que
reconoce que no reúne ninguna capacidad o mérito delante de Dios.
“Señor, ¿qué quieres que yo haga?”
Hechos 9:6
“Pues mirad, hermanos, vuestra vocación,
que no sois muchos sabios según la carne, ni muchos poderosos, ni muchos
nobles; sino que lo necio del mundo escogió Dios, para avergonzar a los sabios;
y lo débil del mundo escogió Dios, para avergonzar a lo fuerte; y lo vil del
mundo y lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es,
a fin de que nadie se jacte en su presencia.”
1 Corintios 1:26-29
UN SEGUIDOR DE CRISTO ES...
Aquel que
reflexiona de continuo en sus enseñanzas.
Aquel que cree
que el único punto de referencia de verdad es la Biblia.
Aquel que tiene
la Palabra de Dios arraigada en el corazón.
“Dame entendimiento, y guardaré tu ley,
y la cumpliré de todo corazón. Guíame por la senda de tus mandamientos, porque
en ella tengo mi voluntad.”
Salmo 119:34-35
“La suma de tu Palabra es verdad”
Salmo 119:160
UN SEGUIDOR DE CRISTO ES...
Aquel que
transmite sus enseñanzas en todo momento y lugar.
Aquel que vive
como él vivió.
Aquel que no
sigue el patrón de vida de la mayoría.
“Porque así nos ha mandado el Señor,
diciendo: Te he puesto para luz de los gentiles, a fin de que seas para
salvación hasta lo último de la tierra.”
Hechos 13:47
“No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.”
Romanos 12:2
UN SEGUIDOR DE CRISTO ES...
Aquel que
ilumina el entorno que le rodea con su testimonio de vida.
Aquel que tiene
la disposición de ir donde es enviado, aunque el lugar no sea atractivo o
seguro.
Aquel que está
dispuesto a enfrentar oposición.
“Vosotros sois la luz del mundo; una
ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y
se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que
están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.”
Mateo 5:14-16
“Heme aquí, envíame a mi”
Isaías 6:8
“Y decía a todos: Si alguno quiere
venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame. Porque
todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por
causa de mí, éste la salvará. Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el
mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo? Porque el que se avergonzare de mí
y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su
gloria, y en la del Padre, y de los santos ángeles”
Lucas 9:23-26
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José Alfredo Liévano.
PENSEMOS EN DIOS
@JAlfredoLievano
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