No hay alternativa para elegir nuestro destino eterno, no existen otros medios ni otros métodos; la única alternativa para alcanzar la vida eterna es arraigándonos en Dios por medio de Jesucristo, únicamente él tiene palabras de vida eterna; una vida terrenal sin él carece de sentido total.
"¿A dónde iremos Señor?
Solo tú tienes palabras de vida eterna"
Juan 6,68
Nutrámonos con las palabras de vida eterna, nutrámonos día a día con la Palabra de Dios; al sumergirnos en sus enseñanzas adquiriremos iluminación interior, convicciones firmes en sus promesas, crecimiento y fortaleza espiritual, gozo y paz.
Dice Jesús... "El Espíritu es quien da la vida; la carne para nada aprovecha. Las palabras que yo les he hablado son espíritu y son vida"
Juan 6,63
Al nutrirnos de las palabras de vida eterna llegamos a tener la firme certeza que nuestra esperanza definitiva radica en los bienes eternos y no en los bienes terrenales que son temporales.
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