Ante la amenaza que se te viene encima, ninguno de tus oponentes, por mucho que lo intente logrará cumplir sus propósitos en ti. Así Dios te lo promete ahora:
Nadie ha hecho el arma
que pueda destruirte.
Dejarás callado a
todo el que te acuse.
Is 54, 17
Será a tus oponentes a quienes se les revertirá el mal que traman en tu contra. Deja que sea Dios quien intervenga.
Todos los que te odian
quedarán avergonzados y humillados;
los que luchan contra ti
quedarán completamente anulados.
12 Buscarás a tus enemigos
y no los encontrarás;
los que te hacen la guerra
serán como si no existieran.
Is 41, 11-12
Es normal que como ser humano, sientas temor y angustia, pero es precisamente en esos momentos de incertidumbre cuando debes de recordar que estás bajo la cobertura del Dios Altísimo. Es en esos momentos cuando debes de exclamar:
Cuando tengo miedo,
confío en tí, Señor.
Salmo 56,3
Pase lo que pase, serán los planes de Dios los que siempre prevalecerán sobre tu vida. No dudes de esta promesa que en el pasado te dio, y que ahora vuelve a confirmarte. Todo te lo está preparando al detalle.
Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo.
Jr 29,11
Aférrate a Dios, sigue avanzando en el camino que te ha trazado, descansa en sus poderosas intervenciones soberanas, pero también muy alerta a lo que pasa a tu alrededor.
Ten cuidado, pero no te asustes;
no tengas miedo ni te acobardes...
¡Eso jamás sucederá!
Is 7, 4.7
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