Necesitamos orar para que el Espíritu Santo...
Nos dé la certeza de la Realidad de Dios manifestada en Jesucristo.
Nos dé la certeza de las enseñanzas y promesas de la Palabra de Dios.
Nos dé discernimiento para ver nuestros acontecimientos bajo la perspectiva de Dios y no bajo la nuestra, aunque no la comprendamos en su totalidad.
Pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, al glorioso Padre, que les conceda el don espiritual de la sabiduría y se manifieste a ustedes, para que puedan conocerlo verdaderamente. Pido que Dios les ilumine la mente, para que sepan cuál es la esperanza a la que han sido llamados, cuán gloriosa y rica es la herencia que Dios da al pueblo santo, y cuán grande y sin límites es su poder, el cual actúa en nosotros los creyentes. Este poder es el mismo que Dios mostró con tanta fuerza y potencia.
Ef 1, 17-19
Necesitamos orar para que el Espíritu Santo...
Nos impulse a amar y perdonar al prójimo, así como Jesús lo ama y lo perdona.
Nos dé disponibilidad total para ayudar a los demás a pesar de nuestras limitaciones.
Ilumine hasta el último rincón de nuestro ser, para que espontáneamente difundamos su luz en todo momento y lugar.
Que Cristo viva en sus corazones por la fe, y que el amor sea la raíz y el fundamento de sus vidas. 18 Y que así puedan comprender con todo el pueblo santo cuán ancho, largo, alto y profundo es el amor de Cristo. 19 Pido, pues, que conozcan ese amor, que es mucho más grande que todo cuanto podemos conocer, para que lleguen a colmarse de la plenitud total de Dios.
Ef 3, 17- 19
Necesitamos orar para que el Espíritu Santo...
Nos dé paz en medio de toda amenaza y peligro circundante.
Nos dé gozo interno a pesar de los momentos tristes que enfrentemos.
Nos dé la certeza plena que nuestras oraciones son siempre escuchadas por Dios.
Que Dios, que da esperanza, los llene de alegría y paz a ustedes que tienen fe en él, y les dé abundante esperanza por el poder del Espíritu Santo.
Rm 15, 13
Pido al Padre que de su gloriosa riqueza les dé a ustedes, interiormente, poder y fuerza por medio del Espíritu de Dios.
Ef 3,16
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Exhortación final.
Así que yo les digo: Pidan, y Dios les dará; busquen, y encontrarán; llamen a la puerta, y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; y el que busca, encuentra; y al que llama a la puerta, se le abre. ¿Acaso alguno de ustedes, que sea padre, sería capaz de darle a su hijo una culebra cuando le pide pescado, o de darle un alacrán cuando le pide un huevo? Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre celestial dará el Espíritu Santo a quienes se lo pidan!»
Lc 11, 9-13
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