Atención, mucha atención a la Palabra de Dios. "Por tanto, debemos prestar mucha mayor atención a lo que hemos oído, no sea que nos desviemos" Hb 2,1
Propongámonos cada día exponernos a la palabra de Dios, prestar mucha atención en su contenido y pedirle que su acción produzca transformaciones profundas en nuestro interior.
"Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos y penetra hasta partir el alma y el espíritu, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón"
Hb 4,12
"La ley de Dios es perfecta, que convierte el alma; el testimonio de Dios es fiel, que hace sabio al sencillo"
Salmo 19,7
Que Dios convierta nuestros corazones en "terrenos fértiles" en donde su palabra crezca, se fortalezca y produzca frutos.
"Y estos son los que fueron sembrados en buena tierra: los que oyen la palabra y la reciben, y dan fruto a treinta, a sesenta, y a ciento por uno"
Mc 4,20
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