"Me anticipé al amanecer, y clamé; esperé en tu Palabra. Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche para meditar sus mandatos" (Salmo 119,147-148)
Buscar a Dios debe ser nuestro primer punto de la agenda de cada día; buscarle desde temprano en la oración y en la reflexión de su Palabra.
Pidámosle a Dios que su Espíritu nos despierte, que nos produzca hambre de sus palabras, que ilumine nuestras mentes y las hagamos parte de nuestro diario vivir.
Pidámosle a Dios que su Espíritu nos despierte, que nos produzca hambre de sus palabras, que ilumine nuestras mentes y las hagamos parte de nuestro diario vivir.
Busquemos a Dios desde temprano para que no nos falte la fresca palabra que necesitamos creer, hacer vida y sembrar en los corazones de las personas que nos rodean.
"La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros" (Col 3,16)
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