lunes, 17 de agosto de 2020

TIEMPO DE NACER Y DE MORIR.

Así como tuvimos un principio en este mundo, de igual manera tendremos un final; se trata de una verdad que hemos de aceptar, es nuestra realidad como seres creados que somos.

Por muchos años que vivamos y gocemos de excelente salud, siempre llegará el momento de nuestra partida. No olvidemos que nuestra permanencia en este mundo es limitada.

"No sabéis como será vuestra vida mañana. Solo sois un vapor que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece". (St 4,14)

No se sabe cuando llegaremos al final de nuestro camino terrenal, hemos de estar conscientes de ello y mantenernos preparados. Todo puede suceder de manera repentina...


DESPUÉS DEL TIEMPO DE MORIR...

Sin embargo, después del tiempo de morir, hay algo perdurable y definitivo reservado en las moradas eternas para los hijos de Dios.

"Y ya no habrá muerte, ni habrá más llanto, ni dolor, ni clamor; porque las primeras cosas pasaron". (Ap 21,4)

El tiempo de morir será entonces el tiempo de nacer a una nueva y definitiva vida otorgada por la Gracia de nuestro Señor Jesucristo.

"No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay, si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy pues a preparar lugar para vosotros". (Jn 14, 1-2)

No sabemos cuanto camino por recorrer nos falta sobre este mundo; pero lo que sí sabemos es que cuando lleguemos al final, las puertas del Reino Eterno de Dios estarán abiertas de par en par para todos aquellos que creímos en él.

"Porque de tal manera amó Dios al mundo; que ha dado a su Hijo unigénito (Jesucristo) para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga Vida Eterna". (Jn 3,16)

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