CUANDO TE ARRAIGAS EN JESUCRISTO

Jesucristo, el Cordero de Dios, se ofreció por ti en la cruz para borrar tus pecados y otorgarte la vida eterna.

"En Jesucristo tenemos redención mediante su sangre, el perdón de nuestros pecados, según las riquezas de su Gracia". (Ef 1,7)

"Considérense muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús". (Rm 6,11)


Cuando te arraigas en Jesucristo, su misericordia te libra de lo que por tus méritos y capacidades eras incapaz de lograr.

"Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados... porque por GRACIA sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es DON de Dios". (Ef 2,1.8)


Cuando te arraigas en Jesucristo, tu vida entera queda subordinada bajo su Señorío absoluto. Ya no eres tú quien vive, si no él en ti.

"Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí". (Gal 2,20)


Cuando te arraigas en Jesucristo, el Espíritu Santo comienza a operar cambios profundos y radicales que te impulsan con espontaneidad a hacer su voluntad. Espontáneamente se produce en tu interior el deseo intenso de hacer SU voluntad y no la tuya.

"Porque Dios es el que en vosotros produce así el QUERER como el HACER". (Fil 2,13)


Cuando te arraigas en Jesucristo, su GRACIA y su MISERICORDIA se derraman sobre tu vida a manos llenas. Recibes de él todas las bendiciones que jamás imaginaste recibir y a la vez transforma para bien las malas consecuencias que generaste en el pasado.

"Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, y en la casa del Eterno Dios moraré por largos días". (Salmo 23,6)


Cuando te arraigas en Jesucristo, obtienes nueva vida y nuevas oportunidades.

Nuevos proyectos de vida subordinados bajo su Señorío total y hacia sus propósitos.

Nuevas oportunidades que jamás imaginaste iniciar al creerlas perdidas e inmerecidas.

"De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron; he aquí todas son echas nuevas". (2 Cor 5,17)

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Cuando te arraigas en Jesucristo, tu vida da un giro inesperado, radical y sorprendente.  Hazlo y verás...