El único alimento incontaminado, libre de todo
ingrediente terrenal, es el pan de la Palabra de Dios; no hay en ella ni un ápice
de filosofías humanas que la pervierta.
Es con el pan de la Palabra de Dios con el que
debes nutrir tu alma, no hay ni un tan solo sustituto que pueda producir un
efecto pleno de satisfacción y de libertad.
El hecho de alimentarte de la Palabra de Dios no
debes de considerarlo como una tediosa obligación, sino como una necesidad
continua capaz de satisfacer tu hambre espiritual.
Sin duda alguna, que mientras más te sumerjas en la
reflexión bíblica, todas las áreas de tu ser se verán impactadas por su acción poderosa;
serás libre de las cadenas de la duda, del temor, de la depresión,
de la indiferencia y del egoísmo.
“Y conoceréis la
verdad,
y la verdad os
hará libres”
Juan 8:32
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José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje
de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la
tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor,
diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para
salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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