Muchas
personas han escuchado el mensaje del evangelio y han llegado a comprenderlo a
nivel racional; pero tal conocimiento no basta, sino que es necesario creerlo
con el corazón.
Al respecto
dice la enseñanza bíblica...
“Cerca de ti
está la palabra, en tu boca y en tu corazón. Esta es la palabra de fe que
predicamos: que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en
tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo. Porque con el
corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación. Pues
la Escritura dice: Todo aquel que en él creyere, no será avergonzado”
Romanos 10:8-11
Así es... Desde el momento que creemos en Jesucristo
como nuestro Señor y Salvador nos constituimos en hijos de Dios, formando para
siempre parte de su familia.
“Mas a todos
los que le recibieron (a Jesucristo), a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos
de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni
de voluntad de varón, sino de Dios”
Juan 1:12-13
“Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención
que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe
en su sangre”
Romanos
3:24-25
“En él también
vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de
la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la
posesión adquirida, para alabanza de su gloria”
Efesios 1:13-14
“Así que ya no
sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos y miembros de
la familia de Dios”
Efesios 2:19
“Mas vosotros
sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios,
para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz
admirable; vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois
pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora
habéis alcanzado misericordia”
1 Pedro 2:9-10
Desde el
momento que creemos en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador, quedamos inscritos
en los cielos para siempre, no por nuestros méritos personales, sino por los méritos
de la obra de Jesucristo en la cruz.
“Pero ahora en Cristo Jesús habéis sido hechos
cercanos por la Sangre de Cristo”
Efesios 2:13
Somos
sellados por el Espíritu Santo, quien con su acción poderosa comienza a operar
en cada uno de nosotros un constante proceso transformador en cada área de
nuestras vidas.
“Somos transformados de gloria en gloria en la
misma imagen, como por el Espíritu del Señor”
2 Corintios 3:18
“Estando persuadido de esto, que el que
comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”
Filipenses 1:6
¡CONVENCIDOS DEL EVANGELIO!
Necesitamos estarlo.
Oremos para
que el Espíritu Santo nos dé esa convicción firme de su contenido; para que al
estarlo, reaccionemos con corazones agradecidos a nuestro Padre celestial, descansemos
en su GRACIA incondicional, descansemos en su PODER transformador y procedamos espontáneamente
de acuerdo con su voluntad.
----------------------.
José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque
así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes,
a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
1 comentario:
Oremos siempre
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