La vida terrenal
es un tránsito hacia nuestra Patria definitiva; la que Dios, por medio de
Jesucristo nos ha preparado desde
toda la eternidad... ¡La Patria
Celestial!
Él nos lo
recuerda ahora...
“No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la
casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho;
voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar,
vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros
también estéis”
Juan 14:1-3
Sin embargo, mientras
lleguemos a “nuestro lugar”, al sitio definitivo que nos corresponde, es
necesario que transitemos por un arduo trecho terrenal; por eso, es importante
que no perdamos la noción de nuestra verdadera ciudadanía... ¡Vamos de paso!
“Mas nuestra ciudadanía está en los
cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo”
Filipenses
3:20
“Mas el Dios de toda gracia, que nos
llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de
tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. A él sea la
gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén”
1 Pedro
5:10-11
No sabemos cuánto
durará este “poco de tiempo”, pero independiente al número de años que
transcurran, siempre serán cortos comparados con la eternidad que nos espera.
NO TRANSITAMOS SOLOS.
En el
itinerario de nuestro “viaje” no transitamos solos; los cristianos
contamos con la cobertura del Dios Altísimo que nos asiste en todo momento,
aunque no nos percatemos de ello.
“No temas, porque yo estoy contigo; no
desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te
sustentaré con la diestra de mi justicia”
Isaías 41:10
Durante
nuestro itinerario terrenal, Dios nos pone “compañeros de viaje” que nos
ayudan de diversas formas para suplir cada necesidad; y así también, para que
ayudemos a todos aquellos que encontremos en el trayecto... ¡Se trata de una ayuda mutua!
Es “por
algo” que Dios nos pone a esas personas, no es casualidad que así sea,
tanto para que seamos de ayuda o para que nos ayuden... ¡Lo hemos comprobado!
Todos somos
compañeros de viaje quienes mutuamente nos auxiliamos; por eso, el autor de la
carta a los hebreos brinda el consejo siguiente:
“Y de hacer bien y de la ayuda mutua no
os olvidéis; porque de tales sacrificios se agrada Dios”
Hebreos 13:16
Dios nos ha
equipado con diversas capacidades naturales y dones espirituales, así como de
recursos materiales para que ayudemos a nuestros compañeros de viaje en sus
diversas necesidades; tú por ejemplo, has comprobado como los que “caminan
junto a ti” te han ayudado oportunamente, y como también, a pesar de tus
limitaciones has sido medio de bendición para ellos.
Una poderosa
herramienta de ayuda mutua con la que contamos durante este arduo caminar, es
la Biblia; sus palabras de VIDA animan oportunamente los corazones angustiados
y fortalecen los pies cansados de quienes caminan junto con nosotros.
¡AYUDEMONOS!
SOMOS COMPAÑEROS DE VIAJE
----------------------.
José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque
así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las
gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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