Has
intentado por tus medios vivir de acuerdo con los lineamientos que Dios ha dejado
establecidos en su Palabra y de difundirla incansablemente; pero
resulta que después de tantos intentos, cuando piensas que has avanzado, te
encuentras todavía en el “kilómetro cero”
¡Deseas con tus fuerzas pero NO puedes!
¡Tantos intentos fallidos!
Pasan los
años, y con ellos tantos propósitos frustrados que no se consolidaron a pesar
de esforzarte con todos los medios posibles.
¡La misma debilidad!
¡El mismo cansancio!
¡La misma frustración!
Por otra
parte, las personas cercanas a ti (por el hecho de conocerte), no cesan de
reprochar tu endeble cristianismo y de sacar a la luz tus defectos; de acusarte todo
el tiempo de ser “candil de la calle y oscuridad de tu casa”.
Dios es
testigo de tus oraciones... de tus
intenciones... de tu deseo de vivir una vida cristiana perfecta... de tus “pasos
de fe”... de tus propósitos; pero a
cambio, todos te juzgan por tu “hipocresía”, cuando en realidad sabes que NO
es así; eso te cansa y te hace sentir peor cada vez que les escuchas.
Sientes
como si un terrible aguijón clavado en lo más profundo de tu ser te paraliza. Sabes
que Dios puede arrancártelo en un instante, pero ahí está...
El
apóstol Pablo pasó por una situación similar con su “aguijón”; no sabemos
específicamente de qué se trataba, pero al igual que tú, tuvo que soportarlo.
Veamos su testimonio con respecto al “aguijón”...
“Respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que
lo quite de mí. Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se
perfecciona en la debilidad. Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en
mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo”
2 Corintios 12:8-9
DESCANSA EN LA GRACIA DE DIOS.
La fuerza
para levantarte, para caminar, para fructificar; no viene por tus méritos o
capacidades... ¡Viene de Dios!
Todo lo
“bueno” que puedes ser, NO se debe a tus esfuerzos... ¡Viene de Dios!
El “aguijón”
te recordará tu dependencia absoluta y constante de Dios; y cuando los
aplausos te envuelvan por los frutos obtenidos, recuerdes en ese momento de que,
NO tienes de qué jactarte...
¡Eres lo que eres por GRACIA de Dios!
“Pero por la gracia de Dios soy lo que
soy; y su gracia no ha sido en vano para conmigo”
1 Corintios 15:10
---------------.
José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he
puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo
último de la tierra”
Hechos 13:47.
Usa tus redes sociales para ese propósito...
------------.
No hay comentarios:
Publicar un comentario