viernes, 11 de agosto de 2017

LO QUE NO DEBES DEJAR DE HACER...


No dejes de adorar a Dios por lo que es; adórale por su poder, por su soberanía, por su amor, por su misericordia.

Porque el Dios Eterno es Dios grande, y Rey grande sobre todos los dioses.  Porque en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas de los montes son suyas. Suyo también el mar, pues él lo hizo; Y sus manos formaron la tierra secaVenid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante del Dios Eterno nuestro Hacedor”     (Salmo 95:3-6)




No dejes de gozarte en Dios aunque las circunstancias sean difíciles e imposibles. El hecho de saber que su acción es constante sobre todos tus acontecimientos y que no te fallará en ninguna de sus promesas, es motivo suficiente.

Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación”     (Habacuc 3:17-18)

No dejes de gozarte por la salvación eterna que te ha concedido por pura Gracia por medio de Jesucristo. Si no tienes ese gozo, pídeselo...

Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente”     (Salmo 51:12)




No dejes de agradecerle a Dios por todas las bendiciones inmerecidas que recibes y por aquellos momentos incomprensibles que llegan a tu vida. Agradécele, porque sus propósitos en ti, serán cumplidos “al pie de la letra”.

Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús”     (1 Tesalonicenses 5:18)




No dejes de ser diligente en tus responsabilidades terrenales, pero con la plena convicción que tu única fuente de dependencia es Dios; gánate “el pan de cada día” con los talentos y recursos por él recibidos.

Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”     (Santiago 1:17)




No dejes ni un tan solo momento de hacer la obra que Dios te ha encomendado; es tu prioridad máxima alumbrar con la luz de Cristo hasta el último rincón del mundo.

Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”     (Hechos 13:47)




No dejes de cultivar tu vida espiritual diariamente por medio de la oración y de la reflexión de la Palabra de Dios.

Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil”     (Mateo 26:41)

No solo de pan vivirá el hombre; sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”     (Mateo 4:4)






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José Alfredo Liévano.

MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!

“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.


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