“Dios quiere que
todos los hombres sean salvos
y vengan al conocimiento de la verdad”
1
Timoteo 2:4
Dios, por
medio de Jesucristo vino a buscar a la humanidad perdida en sus delitos y
pecados, pero a cambio obtuvo un rotundo no.
La humanidad
perdida prefirió rechazar la oportunidad de Dios; esa es la razón por la que se
respiran consecuencias desastrosas a lo largo y ancho de toda la tierra...
¡Todo por la necedad del hombre!
¡No hay excusa!
“Porque la ira de
Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres
que detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es
manifiesto, pues Dios se lo manifestó. Porque las cosas invisibles de él, su
eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del
mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen
excusa. Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le
dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio
corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y
cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre
corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles”
“Por
lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus
corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que
cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las
criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén”
“Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres
cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo
también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su
lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y
recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no
aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para
hacer cosas que no convienen; estando atestados de toda injusticia,
fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios,
contiendas, engaños y malignidades; murmuradores, detractores, aborrecedores de
Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los
padres, necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes
habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son
dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que
las practican”
Romanos
1:18-32.
¡Cuánta paciencia ha tenido Dios para el mundo!
¡El llamado al arrepentimiento es insistente!
¡Nadie hace caso!
¡Desprecio a la misericordia de Dios!
Vienen juicios
terribles para aquellos que abiertamente rechazaron el favor de Dios y le
desafiaron con sus malas acciones.
El tiempo ya
está definido. La paciencia de Dios está llegando a su fin, el tiempo de la
GRACIA está expirando... ¡La oportunidad
es ahora!
La Palabra de
Dios es clara y determinante...
“Pero los cielos y
la tierra que existen ahora, están reservados por la misma palabra, guardados
para el fuego en el día del juicio y de la perdición de los hombres impíos.
Mas, oh amados, no ignoréis esto: que para con el Señor un día es como mil
años, y mil años como un día. El Señor no retarda su promesa, según algunos la
tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo
que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento”
“Pero el día del
Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande
estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras
que en ella hay serán quemadas. Puesto que todas estas cosas han de ser
deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando
y apresurándoos para la venida del día de Dios, en el cual los cielos,
encendiéndose, serán deshechos, y los elementos, siendo quemados, se fundirán!”
2
Pedro 3: 7-12
¡Nadie dirá en “aquel día” que no fue advertido!
---------------.
José Alfredo
Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor,
diciendo: Te he puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para
salvación hasta lo último de la tierra”
Hechos 13:47.
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