Conoces
las debilidades que continuamente te hacen caer en “ese mismo pecado”; sabes
que no debes incurrir en él, y sin embargo, una y otra vez caes... ¡Tu conciencia te recrimina
constantemente! ¡Dios no cesa de recordártelo!
Sabes que NO te conviene,
y sin embargo prosigues...
Sabes que NO es correcto,
pero no puedes parar...
El
apóstol Pablo vivió una situación similar a la que tú experimentas ahora; pero
también encontró una respuesta...
“Porque
yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza débil, no reside el bien; pues
aunque tengo el deseo de hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. No hago lo
bueno que quiero hacer, sino lo malo que no quiero hacer. Ahora bien, si hago
lo que no quiero hacer, ya no soy yo quien lo hace, sino el pecado que está en
mí”
“Me
doy cuenta de que, aun queriendo hacer el bien, solamente encuentro el mal a mi
alcance. En mi interior me gusta la ley de Dios, pero veo en mí algo que se
opone a mi capacidad de razonar: es la ley del pecado, que está en mí y que me
tiene preso”
“¡Desdichado
de mí! ¿Quién me librará del poder de la muerte que está en mi cuerpo? Solamente
Dios, a quien doy gracias por medio de nuestro Señor Jesucristo”
Romanos 7:18-24
No es
por el autocontrol, ni por la autosugestión, ni por tus fuerzas como verás
buenos resultados... ¡Eso de nada
sirve! Únicamente es por medio de la acción
sobrenatural de Dios por medio de Jesucristo...
¡Necesitas reconocerlo ahora!
“Dios,
se propicio a mí, pecador”
Lucas 18:13
¿CÓMO TRIUNFAR SOBRE “ESE MISMO PECADO”?
Reconoce
delante de Dios tu tendencia pecaminosa.
Reconoce
que la Sangre de Jesucristo derramada en la cruz, es la que te limpia de todo
pecado.
Pide
perdón a Dios en el nombre de Jesucristo con el propósito de no buscar la
tentación.
Abandónate
bajo el poder Sanador del Espíritu Santo para que todas tus heridas internas
sean sanadas y restauradas.
Somete bajo
el gobierno de Dios todos tus pensamientos, emociones y deseos.
Persevera
orando y reflexionando cada día en la Palabra de Dios para que tus fuerzas no
se debiliten.
ÚNICAMENTE ASÍ, SERÁS LIBRE.
Reflejarás
espontáneamente un cristianismo genuino y obviamente vivirás para el propósito
por el cual Dios te trajo a la tierra; su Poder Sobrenatural se desarrollará libre
de toda interferencia en las diversas áreas de tu vida.
“Pero
ahora, libres de la esclavitud del pecado, han entrado al servicio de Dios. Esto
sí les es provechoso, pues el resultado es la vida santa y, finalmente, la vida
eterna”
Romanos 6:22
---------------.
José Alfredo Liévano.
MINISTERIO
PENSEMOS EN DIOS.
Difundiendo el mensaje de Jesucristo.
¡Hasta lo último de la tierra!
“Porque así nos ha mandado el Señor, diciendo: Te he
puesto para luz de todas las gentes, a fin de que seas para salvación hasta lo último
de la tierra”
Hechos 13:47.
Usa tus redes sociales para ese propósito...
------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario