Deja de
poner tu esperanza en las cosas creadas, las cuales son inciertas y aparentes.
Cree y
espera EN Dios.
Y ahora, Señor, ¿qué esperaré?
Mi esperanza está en ti.
Salmo 39:7
Tu
esperanza necesita estar cimentada en el Dios creador de los cielos y la
tierra. De él procede todo cuanto necesitas ahora...
Alzaré mis
ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene de Jehová, que
hizo los cielos y la tierra.
Salmo 121: 1-2
Dios es la
fuente de tu provisión. Al convencerte de esta verdad te liberas de toda
congoja ocasionada por las circunstancias.
Te liberas
del lazo de la incredulidad... Del
lazo del miedo... Del lazo de la tristeza... Del lazo de la desesperación...
“Dios es
nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por
tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes
al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes
a causa de su braveza”
Salmo 46:1-3
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@JAlfredoLievano
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