Al tener un
encuentro personal con Dios por medio de Jesucristo obtienes los siguientes
resultados:
Ø Convicción sobrenatural de su realidad eterna.
Ø Convicción sobrenatural de su Palabra revelada en la Biblia.
Ø Capacidad para discernir el contenido de la Palabra de Dios.
“Ves” a Cristo con los ojos de la fe anunciado y revelado en las páginas de la
Biblia. “Oyes” sus palabras con claridad. Tus “ojos” y tus “oídos” te son abiertos.
Ø Experimentas su gracia, misericordia y su poder transformador
en las diversas áreas de tu vida.
Ø Lo “ves” obrar soberanamente en medio de todos tus
acontecimientos con la plena certeza que tanto los eventos “casuales” como las
decisiones y acciones humanas sobre ti, van dirigidos hacia sus propósitos eternos.
Ø Miras el “cielo abierto” en la tierra aun en medio de las
dificultades y peligros que se ciernen sobre ella.
Ø Comprendes que la vida eterna, no comienza desde el momento
que dejas este mundo, sino cuando lo comienzas a “conocer”.
“Y esta es la
vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a
quien has enviado.”
Juan 17:3
En otras
palabras, llegas a “conocer” a Dios; entendiendo dicho conocimiento, no como
algo intelectual, sino como una experiencia sobrenatural que se opera por medio
del Espíritu Santo sobre tu razón. Se
trata de un conocimiento que va más allá de los libros de ciencia o filosofía,
un conocimiento que va más allá de un culto religioso, un conocimiento que va
más allá de los sabios y entendidos.
“Yo te alabo,
oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los
sabios y entendidos, y las has revelado a los niños. Sí, Padre, porque así te
agradó.”
Lucas 10:21
¿Cómo tener
un encuentro personal con Dios por medio de Jesucristo?
Ø Reconoce que Dios se hizo hombre por medio de Jesucristo
para constituirte en su hijo (a), para salvarte y darte la vida eterna.
Ø Aléjate de todo estorbo que obstaculice tu visión y la percepción
de la voz de Dios.
Ø Búscale constantemente en oración y en la reflexión bíblica.
Ø Exprésale tu deseo de tener ese encuentro personal con él.
... y entonces podrás expresar con
espontaneidad y certeza las siguientes palabras...
“Yo conozco
que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti. ¿Quién es el
que oscurece el consejo sin entendimiento? Por tanto, yo hablaba lo que no entendía;
cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y
hablaré; te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te había oído; mas ahora
mis ojos te ven”
Job 42:2-5
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