domingo, 18 de octubre de 2015

NO DURMAMOS COMO LOS DEMÁS...


Es necesario que todos los cristianos nos pongamos bajo las órdenes incondicionales de Dios para alumbrar al mundo con sus palabras.   Se trata de decirle un “Heme aquí, envíame a mi”  así como lo hizo Isaías el profeta. (Ver Isaías 6:8).   Necesitamos vivir para lo que nacimos sin avergonzarnos de ser luz en el lugar donde Dios nos puso.   Esa es la razón por la que hemos sido creados y puestos en el mundo independientemente al trabajo secular que desarrollemos.    Estamos insertados en medio de los tiempos finales profetizados por nuestro Señor Jesucristo, llamados por él como los  “principios de dolores”; y por ende, las adversidades diversas se acrecentarán en todas partes del mundo como resultado de la maldad.   Necesitamos urgentemente que nuestras convicciones bíblicas se mantengan encendidas en medio de esta fiera tempestad que azota al mundo.   Hemos de ser conscientes que vienen tiempos muy difíciles para las naciones de la tierra en las que todo se echará a perder, pero el Señor ha prometido guardarnos en medio de ellas.    “Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona.” Apocalipsis 3:10-11.   Vienen tiempos difíciles en el que las esperanzas se perderán por completo en el reino de los hombres; pero no para aquellos que esperamos la manifestación plena, radical, milagrosa y repentina del Reino de Dios.  

Necesitamos ver más allá de los acontecimientos presentes,   verlos como las señales previas al regreso de Cristo.   Necesitamos ver más allá de las “nubes”...   Necesitamos ver más allá de la “oscuridad”...   Necesitamos velar...   Necesitamos mantenernos despiertos...    “Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios”   1 Tesalonicenses 5: 2-6.   Necesitamos permanecer despiertos sin perder la noción de nuestra misión sobre la tierra y para vivir de acuerdo a los principios bíblicos.   Despiertos para no dejarnos influenciar por mentes torcidas y oscuras que han cambiado la verdad de Dios por la mentira.

¡NO DURMAMOS COMO LOS DEMÁS!
Despertemos...


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