martes, 3 de marzo de 2015

CONFÍA EN EL DUEÑO DE LAS COSAS...


CONFÍA EN EL DUEÑO DE LAS COSAS;
Y NO EN LAS COSAS DEL DUEÑO.
(Reflexión)
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Nada te pertenece, todo es de Dios; La Biblia así lo declara. “De Jehová es la tierra y su plenitud” (Salmo 24:1) Todo cuanto alcanzas a ver y lo que no ves a Dios le pertenece.

¡Acuérdate! Lo que consideras como “tuyo” no te pertenece, sino que te ha sido prestado por Dios para que lo administres para sus propósitos; no es para que te olvides de él, ni para que te sumerjas en los placeres de la vida, ni para que te envanezcas, ni para que con ellos cometas injusticias en contra de tu prójimo. Quienes así proceden están en contra de lo establecido por Dios, aunque en apariencia todo les vaya “sobre ruedas”. Han olvidado la transitoriedad de las riquezas, y que todo cuanto poseen se queda aquí. Nada de lo que acumularon y robaron se podrán llevar, aunque sus títulos de propiedad sean garantizados. He aquí algunos textos bíblicos que lo demuestran. Léelos despacio y reflexiónalos.

“Pues verá que aun los sabios mueren; que perecen del mismo modo que el insensato y el necio, y dejan a otros sus riquezas. Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas, y sus habitaciones para generación y generación; dan sus nombres a sus tierras.”
Salmo 49:11-12


“No temas cuando se enriquece alguno, cuando aumenta la gloria de su casa; porque cuando muera no llevará nada, ni descenderá tras él su gloria. Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma, y sea loado cuando prospere, entrará en la generación de sus padres, y nunca más verá la luz. El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias que perecen.”
Salmo 49:16-20


“He aquí el hombre que no puso a Dios por su fortaleza, sino que confió en la multitud de sus riquezas, y se mantuvo en su maldad.”
Salmo 52:7


También les refirió una parábola, diciendo: La heredad de un hombre rico había producido mucho. Y él pensaba dentro de sí, diciendo: ¿Qué haré, porque no tengo dónde guardar mis frutos? Y dijo: Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes; y diré a mi alma: Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate. Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será? Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.
Lucas 12:16-21


Acuérdate que tu estadía sobre la tierra es temporal. Sé fiel  a Dios con lo poco o mucho que tengas ahora, pues en la medida que lo seas irás recibiendo más  y más para sus propósitos. Siempre que recibas más de lo que tengas, no lo atribuyas a tus méritos y capacidades; atribúyeselos a Dios, al dueño de todo.

No te preocupes por lo que te falta ahora, Dios sabe de qué cosas tienes necesidad; pero es importante que las enfoques en administrarlas para él. Todo lo que necesites te llegará de manera oportuna e inesperada. “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal.” (Mateo 6:31-34). Dios es el dueño de todo y NO te dejará sin nada.


CONFÍA EN EL DUEÑO DE LAS COSAS; Y NO EN LAS COSAS DEL DUEÑO.



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@JAlfredoLievano 

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