Es necesario
compenetrarse con Dios por medio de Jesucristo, hacerse “uno con él” para que
su vida nos transforme, y para que fluya libre y espontáneamente por medio
nuestro...
El paso inicial es CREER en la obra perfecta y perpetua que Jesucristo
hizo en la cruz del calvario. En esto se resume
toda la enseñanza que el Nuevo Testamento presenta en cuanto a vivir unidos con
Dios por medio de Jesucristo. El apóstol Pablo lo dice claramente.
“Además os
declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también
recibisteis, en el cual también perseveráis; por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado,
sois salvos, si no creísteis en vano.”
1 Corintios 15:1-2.
La consecuencia de este
acto de FE no se queda estático sino que
el Espíritu Santo produce una obra efectiva y fructífera en tus pensamientos,
emociones y deseos; llevándote de manera espontánea a proceder de
acuerdo a los lineamientos divinos revelados en la Escritura.
Veamos entonces el efecto espontaneo que se produce como causa de la comunión
con Dios por medio de Jesucristo.
EFECTOS DE LA COMUNION CON DIOS POR MEDIO DE CRISTO.
CONVICCION.-
El Espíritu Santo pone
en tu intelecto, convicciones que van más allá del razonamiento lógico. Llegas a
tener la firme seguridad que las verdades absolutas y promesas de la Escritura
son tal y como han sido han sido reveladas. Esto es lo que se conoce como FE.
“Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo
que no se ve.”
Hebreos 11:1.
Es un tipo de certeza
que no es obra de la sugestión, ni del ejercicio intelectual, sino una obra
directa del Espíritu Santo sobre tu intelecto.
DISCERNIMIENTO.-
Además de las
convicciones, recibes la capacidad de discernir las verdades reveladas en la
Palabra de Dios. De digerirla de acuerdo
a tu nivel aunque tu lógica no la procese. Se
trata de una comprensión sobrenatural e ilimitada que se llega a adaptar a tu comprensión
natural y limitada. Esto es lo que se conoce con el nombre de discernimiento
espiritual. Al respecto el apóstol Pablo escribe:
“Pero el
hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para
él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir
espiritualmente.”
1 Corintios 2:14.
SABIDURIA.-
La diferencia entre el
discernimiento y la sabiduría, es que la sabiduría va más allá del
discernimiento, pues te indica “como” debes proceder ante lo que has logrado
discernir. Por eso la sabiduría incluye
tres componentes: el conocimiento, el discernimiento y el procedimiento. Además
de mostrarnos lo QUE hemos de conocer y discernir, nos muestra COMO hemos de
proceder.
¿Cómo se adquiere la
sabiduría? Pidiéndosela a Dios.
“Y si alguno
de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos
abundantemente y sin reproche, y le será dada.”
Santiago 1:5.
DESEO ESPONTANEO DE NUTRIRSE DE DIOS Y OBEDECERLE.
-
La presencia de Dios en
tu interior te impulsa a buscarle en oración y la reflexión bíblica, así como también
a obedecerle de manera espontánea. Llegas a ver la obediencia a Dios como una
necesidad y no como una obligación gravosa. El apóstol Juan lo deja
entrever en su carta:
“Pues este es
el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son
gravosos.”
1 Juan 5:3
Es la obediencia
espontanea a la voluntad de Dios que nos hace mostrar la eficacia de nuestra
fe. La fe que nos impulsa a obedecer y a reflejar buenas obras.
“Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.”
Santiago 2:17
HUMILDAD.-
Llegas a comprender que
en todo tiempo tu vida depende de la GRACIA de Dios, de su MISERICORDIA, de su
PODER sobrenatural y de su SOBERANIA en medio de todas las circunstancias de tu
vida.
Entiendes que en todo
tiempo y lugar dependes siempre de Dios y que todos los favores recibidos no se
deben a tus méritos y capacidades...
“Porque así
dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo:
Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de
espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el
corazón de los quebrantados.”
Isaías 57:15
FUERZA.-
La presencia activa de
Dios en tu interior te da las fuerzas necesarias para enfrentar las tentaciones
y para avanzar contra los “vientos contrarios” que diariamente se presentan en
medio de tus acontecimientos.
Vemos por ejemplo, como
el apóstol Pablo testifica como recibió de Dios las fuerzas necesarias para
cumplir su ministerio en medio de toda oposición:
“Pero el
Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas,
para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen.
Así fui librado de la boca del león.”
2 Timoteo 4:17.
DELICIA INTERIOR.-
Es aquella satisfacción
que se experimenta al orar y al reflexionar en la Palabra de Dios y que no
comparas con ningún otro gozo sobre la tierra.
Es aquella satisfacción
descrita en el Salmo 1, cuando describe aquella persona que dice así:
“Bienaventurado
el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni
en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de
noche.”
Salmo 1:1-2
O lo que nos describe el Salmo 19:
“Los
mandamientos de Jehová son rectos, que alegran
el corazón... Deseables son más que el oro, y más que mucho oro afinado; y dulces
más que miel, y que la que destila del panal.”
Salmo 19:8,10
Vale la pena mantener
la comunión con Dios por medio de Jesucristo. No permitas que ningún estorbo te
impida saborearla.
¡APARTATE DE TODO AQUELLO QUE ESTORBE TU COMUNION CON DIOS!
Vale la pena...
Lo comprobarás...
José Alfredo Liévano
Twitter. @JAlfredoLievano
--------------------------.
No hay comentarios:
Publicar un comentario