jueves, 11 de diciembre de 2014

¿CUAL ES EL RELOJ PROFETICO DE DIOS? Autor: Dawlin A. Ureña

¿Cuál es el reloj profético de Dios?
Autor: Dawlin A. Ureña

Aunque la tendencia que vemos en la mayoría de las Iglesias es a que los pastores traten de mantenerse alejados de los "temas controversiales", como los de Daniel y Apocalipsis, la Biblia no parece seguir la misma trayectoria.
Al parecer, a Jesús, a Pedro, a Juan, a Pablo, a Daniel, a Ezequiel y a otros escritores bíblicos, no le importaba mucho poner su dedo al viento y ver hacia dónde se dirigía, para junto al viento, zarpar y junto al viento navegar. Así no "ofenderían a nadie".

En Mateo 24, el mismo Jesús, a quién tantos hoy aclaman como su líder y guía (en todo, menos en enseñar sobre lo poco que le queda a la humanidad y a la necesidad de arrepentirse), dijo que un los últimos días habría guerras y rumores de guerras. Jesús enseñó que si no fuera por que Dios acortara los días, hasta los salvos pereceríamos.

Por su parte, Pablo (quién nunca fue muy popular - y hoy tampoco lo es entre muchos pastores que prefieren pasarse el año dándole a sus iglesias porciones repetidas de prosperidad, bienestar y auto estima), nos habla de que estos serían "tiempos peligrosos". 2 Tim. 3:1

¡Nos dirigimos hacia guerras de alcance mundial!

Hace apenas 100 años, decir que un día una guerra terminaría con ¼ parte de la población mundial, parecía una locura. Decir que las armas con que Gog atacaría a Israel serían tantas que cuando se asomaran al horizonte israelí parecerían más un "nubarrón" también parecía una locura y una exageración bíblica. Pero como siempre sucede, en 1945, de repente, inventan una bomba que en efecto, puede matar a millones de personas en sólo minutos. De repente, en un lapso de unos 30 años, las naciones crean aviones, radares, misiles, drones, etc., que en efecto, pueden aniquilar millones de personas o soldados en horas. Es que a Dios nunca le ha preocupado la miopía futurista del hombre. ¡Pero no aprendemos!


El reloj del fin.

En 1947 unos científicos inventaron un reloj que llamaron Doomsday Clock que trataría de inferir cuán cerca estábamos de una conflagración mundial en que la raza humana estuviera a punto de auto-aniquilarse. El primero de esos relojes se colocó faltando siete minutos para la media noche. La media noche representaba la destrucción de la tierra mediante un enfrentamiento nuclear. A partir de esa fecha, las personas encargadas de ajustar el reloj, hacia adelante o hacia atrás, han llegado a mover la aguja hasta faltando dos minutos para media noche. La crisis de los misiles en Cuba, fue uno de esos momentos críticos.

Conforme más naciones pobres, grupos terroristas, y compañías privadas se hacen de armas de destrucción masiva, más probable es que se mueva la aguja minutera hacia la temida media noche. Cuando tenemos naciones como Pakistán, India, China, Rusia y ahora Irán con capacidades nucleares reales, desarrollando más y más tecnología armamentística cada día, aún cuando grandes sectores de su población muere de hambre, los que manejan el reloj no tienen alternativa que mover la aguja hacia adelante, en vez de hacia atrás. Asombrosamente, en estos momentos, el reloj se encuentra faltando seis minutos para la media noche. Nos hemos acostumbrado a creer las mentiras de los que dominan los medios de comunicación y el falso sentido de seguridad nos ha hecho creer que ningún loco se atrevería…


El único que importa es el reloj de Dios.

Eso lo hacen los seres humanos. Eso lo hacen los que no echan mano a Apocalipsis o a Daniel. Esos cálculos lo hacen hombres que piensan que en realidad no existe un mundo espiritual que es más real que el físico en que vivimos. Eso lo hacen hombres orgullosos que creen que en verdad, ellos son los que hacen camino al andar. Hombres materialistas, inteligentes y sabios en su propio parecer, hombres idólatras de aves, libros, otros hombres, ideas. Hombres vanagloriosos, que se han reunido para buscar consejo, pero el único consejo que escuchan y atienden es el de ellos mismos.

El reloj de Dios está haciendo Tick-tack y nunca se ha detenido. Ese reloj, el que tiene que ver con el cumplimiento del plan divino para la salvación de la humanidad y derrota del plan satánico, el reloj que alegremente marcó el día en que nació el Salvador de esa humanidad perdida, ese reloj no se ha detenido. ¡Ese es el único que importa!     


El reloj de Dios es Israel.

Aunque la Biblia es el libro que más se ha vendido en la historia (6 millones de millones de copias), que se ha sido traducido a más idiomas que ningún otro, la Biblia se centra en un diminuto pueblo, un pueblo maltratado, sufrido, abusado y odiado por la mayoría. Un pueblo invadido, pillado, derrotado y vilipendiado por la mayoría en todos los tiempos. Ese pueblo se llama Israel. En lo que tiene que ver con el reloj de Dios...

Israel es el motor que traza la pauta de cómo y a qué velocidad se mueven la minutera hacia la media noche.

De hecho, la Biblia menciona a otras naciones solamente si convergen histórica o geográficamente con Israel. Entonces, yo pregunto… ¿Deseas saber qué hora es?

Mira a Israel. Ahí está la clave. Ahí está la niña de los ojos de Dios. Israel y el Monte Moriah en Jerusalén, son el centro del universo!


¿Nacerá una nación en un día?

El 15 de mayo de 1948 nació una nación. Ese día siempre se esperó con mucha expectativa en los anales bíblicos. En el reloj de Dios, el día que nació Israel es como si dieron las 11:45 de la noche. De ahí en adelante, faltarían minutos, solo minutos para poner fin al orgullo humano:

"Como incienso agradable os aceptaré cuando os haya sacado de entre los pueblos y os haya congregado de entre las tierras en que estáis esparcidos; y seré santificado en vosotros ante los ojos de las naciones. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando os haya traído a la tierra de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la daría a vuestros padres". Ezequiel 20:41-42

Rusia, Inglaterra, Egipto, Siria, Irán, los países europeos, todos son mencionados en la Biblia, todos han tenido su "minuto" en el reloj de Dios, sola y exclusivamente porque han tenido que ver con Israel. De no ser así, a Dios, lo rico, lo importante, lo armadas que estén esas naciones, no le importa. Israel es el centro del universo. Dúelale a quién le duela. Esté usted de acuerdo a no. Admítalo su presidente o no. Créalo su religión o no. Lo predique su pastor o no.

Ezequiel profetizó que el reino de David sería dividido (Ezequiel 37:21-22), que Jerusalén sería reconquistada en la Guerra de los 6 días Zacarías 12:2-3, que los judíos regresarían a su patria después de estar desterrados (no confundir con las profecías que tratan sobre el regreso del cautiverio de Babilonia) Jeremías 29:14, que reconstruirían sus ciudades Amos 9:14-15 y que harían de su tierra una fértil y abundante otra vez Ezequiel 36:30.

" ¿Quién oyó cosa semejante?
¿quién vio tal cosa?
¿Concebirá la tierra en un día?
¿Nacerá una nación en una día?
Pues en cuanto Sión estuvo de parto,
dio a luz a sus hijos."
Isaías 66:8

Abra mañana el periódico local y si no hay una historia sobre Israel, échelo a la basura, porque no está reportando lo único que todo el mundo, profundamente, sabe que importa para concluir el capítulo de la redención de la humanidad: Israel.

Por: Dawlin A. Ureña



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José Alfredo Liévano
Twitter.  @JAlfredoLievano  



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