Todo
lo que te ha estado aconteciendo hasta hoy, ha sido permitido por Dios para que
aprendas desde la experiencia, y no desde un nivel teórico. Es muy fácil
dominar conceptos teóricos de la fe, la obediencia, la paciencia y otros más e
incluso enseñarlos con éxito; pero es muy difícil llevarlos a la práctica. Esa es la razón por la que Dios quiso que
entraras a este “campo de entrenamiento”, para que desde tu propia
experiencia aprendieras a conocer realmente lo que implica llevar a la práctica
lo que se sabe teóricamente.
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¿Qué has aprendido con estas circunstancias?
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Has aprendido a tener fe.
Ha sido por medio de estas situaciones imposibles y difíciles, que has
aprendido a creerle a Dios contra todo pronóstico. Al principio tuviste que
enfrentarte con el “gigante” de la incredulidad y perdiste muchas veces, pero
poco a poco fuiste entendiendo que la lógica humana queda “fuera de juego” en
el proceder de Dios. Entendiste que tu confianza NO debe estar arraigada en
personas, recursos y dinero, sino en el Dios todopoderoso creador de los cielos
y la tierra.
Has aprendido a obedecer.
Llegaste a comprender cuán importante es tener como base los lineamientos de la
Palabra de Dios, antes que los puntos de vista del ser humano. Entendiste las
implicaciones que tiene el dar “pasos de fe” a pesar de tenerlo todo en contra
y de no ver la “luz al final del túnel”.
Has aprendido a tener paciencia.
Has entendido que Dios “no tiene reloj”, y que mientras no aprendas a creerle y
hacer las cosas de acuerdo a sus criterios, no alcanzarás la madurez que él
espera de ti; y mientras no la alcances, no te dará lo que necesitas. Has entendido
que primero necesitas pasar por un proceso de restauración, muchas veces
doloroso por cierto.
Has aprendido a tener gozo.
Por fin entendiste que el gozo verdadero no es el producido por las
circunstancias externas, sino es el que viene de Dios. Entendiste que
independientemente a las pruebas dolorosas e imposibles, tu gozo en el Señor debe
mantenerse inalterable. Por cierto, ¡Como
te ha costado! Has entendido a contentarte con lo que tienes ahora, aunque
sea muy poco o... nada.
Has aprendido que todo es por
Gracia y Misericordia. Has llegado a entender que “eres
lo que eres” y “tienes lo que tienes”, no por tus méritos personales o capacidades sino por pura gracia de Dios; también
has entendido que has enfrentado las consecuencias de tus insensateces, pero no
de acuerdo a ellas, ya que Dios se compadeció de ti.
Has aprendido que no debes de
arraigarte a la tierra. Has comprendido que todo es
pasajero, y que si Dios te bendice con recursos materiales o financieros, es para
que los emplees de acuerdo a la misión que te ha encomendado en el mundo. Entendiste
que todo es para dicho propósito y no para satisfacer tu egoísmo, vanidad y
hedonismo.
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Lógicamente que has aprendido muchas cosas más aparte
de estas, y no es en vano que estés en
este proceso.
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Dios
quiere emplearte como un poderoso medio de bendición para muchas personas. Entiende
ahora, que vienen tiempos muy difíciles y
conflictivos para el mundo, mucho más complejos que los actuales; y por eso
Dios te ha estado capacitando de manera muy especial.
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Dios quiere que hables desde tu propia experiencia.
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Quiere
que NO transmitas conceptos teóricos, sino que en base a tu experiencia con él,
testifiques de estas verdades que tú personalmente has experimentado hasta este
momento de tu vida...
JOSE
ALFREDO LIEVANO
Twitter: @JAlfredoLievano
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