Tu
gozo y seguridad no dependen de los recursos terrenales que posees, sino de
Dios.
Un
día, todo lo que el mundo considera “eterno”, grande y de mucho valor dejará de
ser en su totalidad. El apóstol Pedro nos lo recuerda en una de sus epístolas:
“La tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.”
2 Pedro 3:10
Aquí
no es el lugar definitivo para tu vida.
Aquí
no tienes morada fija. (Cómo lo has entendido…)
Aquí
vas de paso...
Aquí
todo es caduco, incluyéndote a ti.
“¿Qué es vuestra vida?
Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo,
y luego se desvanece”.
Santiago 4:14
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No te aferres a la tierra.
Hay algo más allá de las cuatro paredes del mundo...
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Esta
verdad, además que Dios te la hecho entender por medio de su Palabra, también te lo ha hecho ver por medio de diversas
circunstancias que te ha permitido enfrentar en días recientes. (No ha sido
casualidad, fíjate bien...) Has entendido que aquí todo es de carácter
temporal, inconsistente e imperfecto...
Acuérdate hoy,
que si alguna vez llegas a poseer en la tierra muchas y variadas bendiciones
materiales o financieras, éstas jamás llegarán al nivel de los tesoros
celestiales. Toda riqueza y esplendor terrenal está “bajo los pies” del Dios
eterno y creador del universo.
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Busca los tesoros de arriba.
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La
heredad que Dios ha preparado para ti, supera toda expectativa; no se trata de
una utopía, sino de una realidad. Nuestro Señor Jesucristo lo dijo:
“En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera,
yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.”
Juan 14:2.
La
verdadera heredad no tiene nada que ver con las realidades caducas y temporales
de la tierra, sino con las realidades trascedentes.
Aquí
en la tierra “vas de paso” hacia ese lugar, y todo cuanto recibas es para que cumplas
con la labor específica que Dios te ha encomendado, son únicamente las
herramientas.
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No pierdas la noción de tu destino.
¡Cuidado con los espejismos!
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Cuando
dentro de pocos días recibas la bendición que Dios te ha prometido, acuérdate de
estas palabras...
Lo
que vas a recibir por pura Gracia de Dios, únicamente se trata de una bendición
temporal...
Lo
eterno vendrá después...
“No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín
corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo,
donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan”.
Mateo 6:19-20
JOSE
ALFREDO LIEVANO
Twitter:
@JAlfredoLievano
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