Dios te ha estado preparando para
estos tiempos extremadamente difíciles que se avecinan para el mundo entero;
esa es la razón porque a lo largo de todos estos años, haya permitido muchas
situaciones incomprensibles.
Has estado como en un “campo de
entrenamiento” en donde estás aprendiendo a caminar derecho, hacia adelante.
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¿Qué es caminar derecho?
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Es no salirse de los límites que
Dios ha dejado establecidos en su Palabra, aunque por ello enfrentes todo tipo
de adversidades. Jesús dijo: “En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo”. Juan
16:33.
Dios te ha colocado en un mundo
rebelde y a la vez, seductor; es por eso, que el apóstol Pablo te lo advierte,
con claridad en una de sus cartas: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la
renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios,
buena, agradable y perfecta.” Romanos
12:2.
Caminar derecho, es no amoldarse
a los criterios y costumbres del mundo actual, sino únicamente a los de la
Palabra de Dios.
Has aprendido a lo largo de todos
estos años, que tu único punto de referencia, son las enseñanzas doctrinales y de conducta que nuestro Señor Jesucristo nos dejó en el
Evangelio.
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¿Qué es caminar hacia adelante?
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Es no retroceder aun a pesar de
las circunstancias, pruebas y tentaciones que se te presenten a lo largo de tu
camino. A medida que el tiempo avance, la marcha se te volverá más ardua. Los tiempos se volverán más difíciles debido
a la oposición deliberada a la Palabra de Dios y por las consecuencias que esto
genere; sin embargo, es aquí cuando
tus convicciones deben de mantenerse firmes en una vida de fe sobrenatural, obediencia
y servicio incondicionales. Cuidado con mirar atrás: “Ninguno que poniendo su mano en el arado mira hacia atrás, es apto
para el reino de Dios”. Lucas 9:62.
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¿Por qué necesitas caminar derecho, hacia adelante?
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Porque es necesario que cumplas
el propósito por el cual Dios te ha traído a la tierra...
Tú no has venido al mundo solo
para respirar, comer y gozar de la vida; has venido para ser “luz” en medio de este mundo que yace
en tinieblas como consecuencia de su abierta rebeldía contra Dios, “luz” en medio de una iglesia que ha
entrado en un grado extremo de tibieza y frialdad.
Dios quiere que seas punto de
referencia en medio de este mundo que en un día no muy lejano comenzará a
enfrentar juicios por su rebeldía deliberada...
Has venido al mundo a iluminar. “Vosotros sois la luz del mundo; una
ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y
se pone debajo de un almud, sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que
están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean
vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. Mateo 5:14-16. ¡No te
desenfoques!, pues tu vida no tendría sentido sino vives para el propósito para
el cual Dios te trajo a la tierra.
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Cuidado con desviarte y retroceder.
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Aprende a mantenerte firme hoy,
para que mañana no cedas. Tus pruebas actuales, son tu “campo de entrenamiento”,
recuérdalo...
Lo que está sucediendo ahora con
tu vida, es que Dios te está preparando hacia situaciones que debes ver de acuerdo a su perspectiva y no de acuerdo a
las tuyas, en la que tu lógica y practicidad no serán eficaces.
Estás a punto de entrar a una
etapa de tu vida, en la que todo a tu alrededor dará un giro radical y
repentino, pero cuando eso suceda necesitaras caminar derecho y hacia adelante.
Necesitaras hacerlo para iluminar con
mayor intensidad ante lo que viene, y no te apagues...
Toda esta preparación no ha sido
en vano, tiene grandes propósitos de parte de Dios.
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Actitudes prácticas que debes asumir a partir de hoy.
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Ponte bajo las órdenes
incondicionales de Dios aunque ahora te sientas incapaz o veas que el tiempo ya
pasó para ti.
Cultiva tu vida espiritual con la
oración y la meditación bíblica diaria para que sean los sentimientos de Cristo
los que te impulsen a proceder.
Se fiel en las “insignificantes”
responsabilidades que Dios te asigne, pues a medida que seas fiel en lo poco,
sobre lo mucho te pondrá.
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¡Tu existencia no es en vano!
¡Tu existencia tiene propósito!
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses
te santifiqué...
Jeremías 1:5
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