viernes, 31 de agosto de 2012

MIENTRAS NO MUERAS A TI, NO RESPLANDECERAS.

Desde toda la eternidad, Dios pensó en ti, y te dio la existencia con propósitos bien establecidos. Sabes que para alcanzarlos, tienes retos muy fuertes que has aceptado enfrentar con persistencia; sabes también que si no hay oposición, es imposible madurar, y por lo tanto proyectar la luz de Cristo.
Dios quiere “resplandecer” en tu interior y a través de ti, pero es necesario que pagues el precio de la renuncia a tu egoísmo y a tus tendencias pecaminosas. Es necesario que “mueras” a tu “yo”.
Al respecto nuestro Señor Jesucristo dijo:

Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame.
Lucas 9:23

Ese debe ser a partir de ahora tu anhelo y tu reto: ¡Ser como Cristo!
Tu vida aquí en la tierra debe reflejar a Cristo; y así como él se negó a sí mismo, de igual manera has de hacerlo tú. Desde luego que no se trata de un logro que se alcanza de manera repentina, sino que es parte de un proceso en el cual se aprende cada día. ¡Cuánta constancia y paciencia se necesita! Tú lo has comprobado...
Como verás, se trata de una lucha continua que has de librar contra tus propios intereses personales y tendencias pecaminosas a lo largo de tu existencia sobre la tierra. ¡Ahora estás en ese proceso de aprendizaje!

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Mientras no mueras a ti, no resplandecerás.
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No es la práctica de ritos religiosos externos lo que te hará resplandecer, ni mucho menos por pertenecer a una congregación.
Al respecto el profeta Isaías, en el capítulo 58 resalta algunos detalles muy importantes que es necesario aplicar a nuestro contexto religioso y personal. (Te transcribo acá algunos versículos que aparecen a lo largo del capítulo)

Anuncia a mi pueblo su rebelión... Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que ha hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios...
¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido?...
Isaías 58:1-3

He aquí que para contiendas y debates ayunáis...
No ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
Isaías 58:4

¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
¿No es que partas el pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
Isaías 58:6-7

ENTONCES:
Nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
Isaías 58:8

ENTONCES:
Invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí...
Isaías 58:9

Y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.
Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas no faltan...
Isaías 58:10-11

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Mientras no mueras a ti, no resplandecerás.
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